Las negociaciones entre Rusia y Bielorrusia no se reanudarán hasta que las autoridades de Minsk no supriman el impuesto sobre el tránsito de petróleo ruso a través de su territorio, según manifestó ayer el vicedirector del Ministerio de Comercio y Desarrollo Económico ruso, Andrei Sharonov.

El dirigente ruso calificó de "ilegal" el gravamen aplicado por Bielorrusia, y describió la situación actual de "guerra comercial".

Además, Sharonov esgrimió la amenaza velada de represalias comerciales contra Minsk, recordando que su país es actualmente el principal socio comercial de Bielorrusia y que Moscú tiene "la posibilidad de aplicar medidas para que se suprima la tasa".

Los orígenes de la guerra de los hidrocarburos entre Rusia y su hasta ahora fiel aliada Bielorrusia se remontan en concreto al pasado año, aunque el conflicto se desencadenó con toda su virulencia durante los primeros días de enero.

AUMENTO El miércoles pasado, el Gobierno bielorruso anunció que aplicaría una tasa de 45 dólares (34,9 euros) al tránsito de petróleo ruso por su territorio, justo tres días después de que se produjera en Moscú la firma de un acuerdo para el aumento del precio del gas que Rusia suministra a Bielorrusia.

Unos 100 millones de toneladas de crudo ruso transitan anualmente por Bielorrusia hacia Polonia, Alemania, la República Checa, Eslovaquia y Lituania.