El ex primer ministro húngaro Gyula Horn murió hoy en Budapest a los 81 años de edad, tras una larga convalecencia por una grave enfermedad, informó el Gobierno del país centroeuropeo.

Horn será recordado por ayudar a acabar con la división de Europa en dos bloques por la Guerra Fría, al cortar cuando era ministro de Exteriores en junio de 1989, junto a su par austríaco Alois Mock, las alambradas que separaban Hungría del mundo occidental.

A través de Hungría miles de alemanes del Este pudieron escapar del bloque comunista y refugiarse en Alemania Occidental, lo que abrió la primera grieta en un muro que separaba el continente y que caería pocos meses después.

El político nacido el 5 de julio de 1932 tuvo un importante papel en la transición húngara a la democracia y venció en las segundas elecciones legislativas libres en el país, al que gobernó entre 1994 y 1998 en una coalición con los liberales.

Pese a ser un personaje fundamental para entender la Hungría contemporánea, su pasado también le persiguió hasta el final de su vida.

En 2007, el entonces presidente húngaro László Sólyom rechazó concederle la más alta condecoración del país, alegando que participó en las fuerzas que apoyaron al Ejército de la URSS que aplastó la revolución antisoviética de octubre de 1956.

Horn, que se unió al partido comunista en 1954, minimizó al final de su vida sus acciones en una brigada paramilitar que apoyó a las fuerzas invasoras.

Diputado desde las primeras elecciones parlamentarias en 1990, tuvo que abandonar su escaño en 2007 por una grave enfermedad que le mantuvo los últimos seis años hospitalizado.

El Gobierno húngaro y todos los partidos que se han pronunciado han destacado la importancia de Horn en la transición del comunismo a la democracia en el país.

Según el ex primer ministro (2004-2010) socialdemócrata Ferenc Gyurcsány, el fallecido fue el "político más contradictorio y talentoso" que conoció, además de ser "una gran persona".