Diecisiete personas fueron asesinadas la madrugada del sábado al domingo en una finca de la ciudad de Torreón, en el norteño estado mexicano de Coahuila, por un grupo de sicarios que irrumpió en una fiesta y disparó contra los asistentes, varios jóvenes de entre 20 y 30 años que celebraban un cumpleaños, con armas largas.

La Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía), no dudó en atribuir el ataque a la delincuencia organizada. Coahuila es uno de los estados sacudidos por la ola de violencia atribuida a la guerra que libran los carteles de las drogas del Golfo y de Los zetas , antiguos aliados que desde inicios de año se pelean a muerte por dominar las rutas y los mercados de estupefacientes.

Los agresores abrieron fuego y mataron a 11 hombres y 6 mujeres, e hirieron a otras 18 personas. Con esta masacre, los ajustes de cuentas entre bandas y los enfrentamientos de las mismas con la policía han provocado casi 60 muertos en México durante el fin de semana.