Al menos siete personas fallecieron hoy en Saná, entre ellas un bebé, durante un tiroteo entre tropas fieles y opositoras al régimen yemení, mientras que dos manifestantes murieron en Taiz, al sur de la capital. Según pudo comprobar Efe, un tiroteo se desató en los alrededores de la plaza del Taguir (Cambio) de Saná al intentar la Guardia Republicana y las fuerzas de seguridad desalojar a los manifestantes que se encontraban en este céntrico lugar, epicentro de las protestas contra el régimen yemení.

El intento de desalojo provocó un enfrentamiento que todavía continúa entre esas fuerzas leales al presidente Alí Abdalá Saleh y un grupo de militares partidarios de la oposición y seguidores del general desertor Ali Mohsin Al Ahmar. Cinco de las víctimas, según constató Efe sobre el terreno, presentaban disparos en la cabeza, mientras que fuentes médicas de un hospital de campaña situado en la plaza informaron también de la muerte de dos soldados desertores.

Después de la represión policial de la víspera, cuando murieron 27 personas, los manifestantes opositores trataron hoy de nuevo de dirigirse a la avenida principal de Zubairi, una de las entradas a la plaza Taguir y que conecta con el palacio presidencial y a otras sedes gubernamentales. El objetivo de los activistas opositores es llegar al Palacio Presidencial y a la residencia del líder de la Guardia Repúblicana, Ahmed Ali Abdalá Saleh, hijo del mandatario yemení.

Además, según testigos consultados por Efe, dos personas murieron en Taiz, donde los manifestantes también están intentando llegar al palacio presidencial de esa localidad. Estos enfrentamientos coinciden con la llegada hoy a Saná del enviado especial de la ONU para el Yemen, Yamal ben Omar, para seguir el desarrollo de la situación en el país, según la agencia oficial de noticias yemení Saba.

Desde el pasado 27 de enero, Yemen vive una revuelta popular que pide la salida de Saleh, quien se encuentra en Arabia Saudí recuperándose de las heridas que sufrió en un atentado en junio pasado. Saleh delegó el pasado 12 de septiembre la autoridad en el vicepresidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, para negociar un traspaso pacífico del poder, un gesto que sigue sin satisfacer las demandas de los opositores.