El presidente checo, Vaclav Klaus, tomó ayer juramento a los miembros del nuevo Gobierno de transición, que asumió inmediatamente sus funciones. Se trata de un Ejecutivo de tecnócratas, liderado por el independiente Jan Fischer, que dirigirá el país hasta los comicios anticipados, que se celebrarán el próximo octubre. Su tarea más inmediata será la de llevar a término, hasta final de junio, la presidencia de turno de la Unión Europea (UE).

El nuevo Gabinete, que todavía debe ser ratificado por el Parlamento, surgió de un acuerdo controvertido, por encontrarse al margen de los mecanismos establecidos en la Constitución, fraguado entre conservadores, socialdemócratas y verdes, después de que el Gobierno conservador de Mirek Topolanek cayera el pasado mes de marzo derribado por una moción de censura. El nuevo Ejecutivo está formado por 16 ministros, entre los que figuran tres mujeres.