Benedicto XVI se reunió ayer con todos los cardenales en la sala Clementina del Palacio Apostólico, la misma que acogió el cuerpo de Juan Pablo II antes de ser expuesto en San Pedro. Esta reunión sustituyó al homenaje de obediencia, que formaba parte de la misa de inicio del pontificado.

Ratzinger estuvo afectuoso, habló varios minutos con cada purpurado, ayudó a los más ancianos y no les dejó arrodillarse. Por primera vez, la TV vaticana distribuyó la señal del acto.

Durante el discurso de agradecimiento, el Papa sólo hizo mención expresa de Angelo Sodano y Eduardo Martínez Somalo, secretario de Estado y cardenal camarlengo, respectivamente.

Benedicto XVI se refirió a sus predecesores desde Juan XXIII inclusive, con una mención especial para Juan Pablo II. El corte en el Papa promotor del Concilio no pasó desapercibido, habida cuenta de la distancia doctrinal que se supone entre éste y el Pontífice alemán.