El Parlamento Europeo se ha visto forzado a celebrar en Bruselas, en lugar de Estrasburgo (Francia), las dos sesiones plenarias previstas durante el mes de septiembre, debido al hundimiento el pasado 7 de agosto de parte del techo del hemiciclo de Estrasburgo. Este acontecimiento accidental ha vuelto a reabrir el debate sobre el mantenimiento de la doble sede de la Eurocámara, que genera un coste anual de 210 millones de euros.

A pesar de que la institución inició de inmediato los trabajos de reparación del hemiciclo de Estrasburgo, la sesión del 1 al 4 de septiembre ya tuvo que celebrarse en Bruselas. Los graves defectos de construcción descubiertos en el hemiciclo, con solo nueve años de antigüedad, han impulsado a realizar una verificación en el resto del edificio de Estrasburgo. Por esta razón, el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Pöttering, anunció ayer que la sesión del 22 al 25 de septiembre se realizará en Bruselas.

El anuncio fue recibido con aplausos de numerosos diputados, que consideran que la doble sede de la Eurocámara representa una grave ineficacia, un gasto innecesario y una fuente constante de problemas logísticos.