El Parlamento búlgaro votará este jueves la renuncia del Gobierno de centro-derecha que lidera el GERB anunciada el miércoles por el primer ministro, Boiko Borisov, y que, según han reconocido algunos de sus ministros, les ha pillado por sorpresa incluso a ellos.

Borisov ha presentado este miércoles la renuncia de su gabinete tras varios días de multitudinarias protestas en el país contra la subida de los precios de la electricidad, que degeneraron en la petición de la renuncia del Gobierno y denunciando las medidas de austeridad, y que se han saldado con una veintena de heridos por la intervención de la Policía este martes.

Según ha anunciado la presidenta del Parlamento, Tsetska Tsacheva, tras recibir la carta de renuncia del primer ministro, este jueves se celebrará una votación sobre la misma. A la espera de que haya nuevo gobierno y de que se aclare si hay elecciones anticipadas --estaban previstas para el 7 de julio--, el Ejecutivo actual seguirá al frente del país en funciones.

De acuerdo con los medios locales, varios de los integrantes del gabinete de Borisov se han visto sorprendidos por la decisión de la renuncia de éste y de todo el gabinete.

"Ésta ha sido una decisión suya. Me enteré de la renuncia por los medios", ha señalado el ministro de Educación, Stefan Vodenicharov. La prensa local destaca que Borisov, que es conocido por su carácter impulsivo, habría tomado la decisión en el calor del momento.

En su intervención de ayer miércoles ante el Parlamento, Borisov ha dejado claro que su partido no participará en un Gobierno de transición. "El poder nunca ha sido mi objetivo y no ganaré nada si la gente nos odia", ha subrayado tras anunciar la dimisión.

Según el primer ministro, "ya hemos hecho todo lo que podíamos para responder a las demandas de los manifestantes". En este sentido, ha aclarado de que el riesgo de que las protestas degeneraran en violencia ha sido lo que le ha llevado a renunciar.

"Nuestro poder nos fue entregado por el pueblo, hoy (por ayer) se lo estamos devolviendo", ha subrayado. "Cualquier gota de sangre (derramada) es una vergüenza para nosotros", ha asegurado, en referencia a los enfrentamientos ocurridos el martes entre manifestantes y policías. "Lo hicimos lo mejor que pudimos en estos cuatro años", ha defendido Borisov.

Seguirán las protestas

Sin embargo, el anuncio de Borisov, que el martes además había retirado la licencia a la empresa eléctrica checa CEZ y el lunes destituyó al ministro de Finanzas para aplacar los ánimos, no parecen haber surtido efecto, ya que los organizadores de las protestas han prometido que van a seguir.

En declaraciones a la agencia BTA, Yanko Petrov, uno de los promotores de las manifestaciones en Sofía, ha indicado que la salida del actual Gobierno no resuelve los problemas de los ciudadanos y por ello continuarán las protestas en la capital y en otras ciudades como Vratsa, Dobrich, Kyustendil y Pazardjik.