N o ha sido el virus del covid-19 sino el virus del racismo el que ha convulsionado las competiciones deportivas profesionales en EEUU. La mayoría de las ligas del país paralizaron el miércoles su actividad en protesta por el reciente caso de brutalidad policial en la población de Kenosha, en Wisconsin, donde un agente acribilló a balazos por la espalda a Jacob Blake, un hombre negro que salvará la vida pero no volverá a caminar.

Ha sido esta vez la NBA, la mejor liga de baloncesto del mundo, la que ha abanderado la protesta contra el racismo y la violencia policial. En concreto han sido los Milwaukee Bucks, precisamente de Wisconsin, los que decidieron el miércoles no disputar el partido de play-off ante Orlando Magic. Un boicot que no tiene más precedentes que el parón que escenificaron los Boston Celtics de Bill Russell para alzar la voz contra la injusticia racial en 1961, según ESPN.

«En los últimos días, en nuestra casa, en Wisconsin, hemos visto el horrendo vídeo de Jacob Blake siendo disparado siete veces por un oficial de policía en Kenosha y los tiroteos adicionales contra los manifestantes. A pesar de las demandas abrumadoras de cambio, no ha habido acción, así que nuestro enfoque no puede estar en el baloncesto», dijo el capitán George Hill, que leyó un comunicado rubricado por la plantilla. «Pedimos justicia para Blake y que los policías rindan cuentas», agregó Hill.

La liga femenina de baloncesto (WNBA) también se sumó al boicot. Especialmente impactante fue el gesto de las Washington Mystic, cuyas jugadoras formaron arrodilladas en la pista portando una camiseta con siete puntos negros dibujados en la espalda, los siete balazos que recibió Blake.

El grito de protesta del deporte profesional es un reflejo de la frustración que se ha apoderado de parte del país, que ve cómo las protestas masivas de los últimos meses no se han traducido en reformas de calado. La otra mitad parece negar que exista si quiera un problema, como quedó patente el miércoles en la Convención republicana. El vicepresidente, Mike Pence, negó que los viejos prejuicios raciales sigan contaminando la actitud de un sector importante de las fuerzas del orden. Dos visiones cada día más enfrentadas.

También se aplazaron dos partidos de las Grandes Ligas de béisbol. Un ejemplo que secundaron varios equipos de la liga de fútbol. La protesta paralizó también el Masters 1.000 de Cincinnati. H