La sangre volvió a correr ayer en el metro de Londres. Policías de paisano dispararon mortalmente y a quemarropa a un sospechoso al que tomaron por un terrorista suicida. El incidente, ocurrido ante los ojos horrorizados de los pasajeros, marcó otra jornada de alertas, amenazas y sobresaltos en la capital británica.

Tras el fallido atentado del jueves, la ciudad se ha convertido en el escenario de la mayor operación de búsqueda y captura de la historia del Reino Unido. La policía distribuyó las fotos de los cuatro presuntos terroristas a los que se sigue el rastro y pidió la colaboración ciudadana para localizarles, aunque advirtió a los ciudadanos de que no se acercaran. Al parecer, ninguno es la persona abatida en el metro.

"CINCO TIROS" Minutos después de las 10 de la mañana, varios agentes de paisano terminaban con la vida de un sospechoso en Stockwell (al sur). Según varios testigos, un hombre, descrito como paquistaní y vestido con una especie de chaquetón acolchado, entró corriendo en la estación, se saltó la barrera de control de billetes y se metió en un vagón de la línea Norte.

Allí fue alcanzado por los policías que le perseguían. "Uno de ellos llevaba en la mano una pistola negra, que parecía ser automática. Le tiraron al suelo, se le echaron encima y le dispararon cinco tiros", declaró Mark Whitby, que presenció la escena, en la que, según dijo, participaron "tres agentes de paisano". "Nunca he visto nada así. He visto cómo mataban a un hombre", explicó Whitby a la BBC. El sospechoso murió en el acto. El jefe de Scotland Yard, Ian Blair, se limitó a aclarar que el perseguido no había obedecido cuando los agentes le dieron el alto. El incidente, añadió, está "directamente relacionado con la operación antiterrorista en curso". A última hora no se había facilitado la identidad del fallecido y la policía vigilaba su casa.

La policía sí distribuyó, en cambio, las fotos de los presuntos terroristas, que fueron captadas por las cámaras de seguridad en cada uno de los puntos donde llevaron a cabo su frustrado ataque. Un joven corpulento fue filmado cuando escapaba de la estación en Oval. La segunda imagen, en el bus de Hackney, muestra a un hombre de mediana edad, con bigote y una gorra blanca. El tercer individuo, de piel oscura y camisa azul, fue retratado cuando abandonaba la estación de Warren Street. La imagen del cuarto sospechoso, en Shepherd´s Bush, es algo más distante, pero en ella se ve al presunto terrorista con un macuto a la espalda donde llevaba la bomba que no explotó.

Al Qaeda ha convertido Londres en una ciudad en estado de sitio. Para certificar este estado de excepción, el alcalde, el izquierdista Ken Livingstone, justificó la orden dada a la policía de disparar a matar. "Si tienes delante a alguien que puede hacer detonar explosivos si se le permite seguir consciente, es lógica una política de tirar a matar".