La Policía británica no cree que otra persona estuviera "implicada" en la muerte del oligarca ruso Boris Berezovski, cuyo cuerpo fue hallado el sábado en su casa de la localidad de Ascot, cerca de Londres, informaron hoy las fuerzas del orden.

"Sería equivocado conjeturar sobre las causas de la muerte hasta que se haga la autopsia. No tenemos ninguna evidencia en este momento que sugiera que una tercera parte estuviera implicada", según un comunicado de la Policía del Valle de Támesis, fuerza de la que depende la localidad de Ascot.

Expertos en sustancias químicas, biológicas y radiactivas registraron la vivienda, pero no encontraron nada peligroso.

Berezovski, de 67 años, estaba exiliado en el Reino Unido desde el año 2000 y era famoso por sus críticas al presidente de Rusia, Vladímir Putin, y sus enfrentamientos legales contra el también multimillonario ruso Roman Abramóvich, dueño del club inglés del Chelsea.

Aunque la Policía ha calificado la muerte de Berezovski de "inexplicable", los medios británicos afirman hoy que el empresario estaba deprimido tras haber acumulado deudas por una disputa legal con Abramóvich, por lo que no se descarta que se suicidara.

El oligarca ruso -matemático en la era soviética y amigo de la familia del expresidente ruso Borís Yeltsin- inició su carrera empresarial con un concesionario de automóviles, pero después, con la llegada de Putin al poder, huyó a varios países y se estableció en el Reino Unido, donde compró propiedades en barrios exclusivos de Londres y sus alrededores.