La policía italiana entró y registró ayer el barco que tiene en el Mediterráneo la oenegé Save the Children, una de las organizaciones humanitarias involucradas en las operaciones de salvamento de inmigrantes y refugiados en el Canal de Sicilia. La nave, la Vos Hestia, fue inspeccionada tras su llegada al puerto de Catania, en Sicilia. El registro coincidió con el anuncio de la oenegé de que cesa sus operaciones de rescate en esta región, una decisión que Save the Children desvinculó de la operación policial.

La intervención de los agentes fue llevada a cabo por orden de los fiscales de Trapani (Sicilia), en el marco de una investigación que empezó hace meses en busca de personas que estarían «favorecido la inmigración clandestina». Es la misma investigación que afectó el pasado mes de agosto a la oenegé alemana Jugend Rettet. Esta presión por parte de las autoridades italianas ha sido el principal motivo por el que varias organizaciones humanitarias han decidido a lo largo de estos últimos meses cesar sus actividades de rescate en esta zona.

La operación policial, en la que también participaron militares de la guardia costera italiana, acabó con la confiscación de «papeles y material informático», según la policía. «El objetivo ha sido documentar las actividades de Búsqueda y Rescate y comunicaciones ligadas al tráfico de migrantes», añadió el comunicado policial.

Las circustancias de la operación no son claras. Algunas fuentes han apuntado, repetidamente, que la investigación de los fiscales sicilianos se inició como consecuencia de una alerta lanzada por voluntarios de la propia Save hhe Children que fue enviada a un agente de los servicios secretos italianos. El diario La Repubblica asegura que en la nave viajaba un agente de paisano.

«Como sugiere la propia orden de allanamiento, la documentación buscada se refiere a ilícitos cometidos por terceras personas», dijo Save the Children. La organización «ha actuado siempre en el respeto de las leyes (…) y reiteramos, una vez más, que la oenegé no está siendo investigada». Save the Children «espera que los magistrados, en los cuales la oenegé tiene plena confianza, hagan inmediatamente luz sobre lo que ha ocurrido».

La indagación de los fiscales de Trapani, que no han sido los únicos en Italia que han investigado sobre esta cuestión en Italia (pero sí los más activos), ha supuesto un revés para las operaciones de rescate en el Mediterráneo central. Tanto que la polvareda suscitada en la opinión pública italiana coincidió con la promoción por parte del Gobierno italiano y de Bruselas de un código de conducta para regular los rescates de las organizaciones humanitarias.

Además de ello, Roma emprendió de forma paralela una negociación con las autoridades libias —el Gobierno de Trípoli de Faiez Serraj, reconocido por la ONU, y el del general Jalifa Haftar —, para delimitar formalmente a Libia su área de Búsqueda y Rescate, con el propósito de frenar la inmigración desde ese país.

De acuerdo con los últimos datos de Frontex, el número de llegadas a través del Mediterráneo central fue de 104.800 personas hasta septiembre, un 20% menos que el mismo periodo el año anterior. Esto, ha dicho la agencia, se debe a que en el tercer trimestre del 2017 se alcanzó la cifra más baja desde el 2014.