El Gobierno de Sao Paulo ha anunciado que ya ha retomado el control en las 73 cárceles en las que los presos se habían amotinado en los últimos tres días para protestar por el traslado a presidios de máxima seguridad de jefes de una mafia carcelaria. Las autoridades de Mato Grosso do Sul y Paraná han explicado igualmente de que también han concluido las rebeliones que habían comenzado el domingo en 10 prisiones de esos estados brasileños vecinos de Sao Paulo.Las rebeliones simultáneas formaron parte de la ofensiva lanzada por organizaciones criminales en Sao Paulo que desde el viernes pasado dejó 81 muertos en el estado más rico y poblado de Brasil, entre ellos 39 agentes de cuerpos policiales.Las autoridades, informadasEl gobernador de Sao Paulo, Claudio Lembo, ha informado de que las autoridades supieron anticipadamente de los planes de los reclusos para realizar rebeliones simultáneas en parte de los 174 centros carcelarios de ese estado y que las medidas preventivas adoptadas impidieron problemas más graves en los presidios.En Mato Grosso do Sul, donde los presos de cuatro cárceles se rebelaron supuestamente en solidaridad con los amotinados de Sao Paulo, las autoridades informaron de que un recluso fue degollado por sus compañeros y su cabeza exhibida como trofeo.Hasta ahora sólo hay informaciones oficiales de un muerto en Mato Grosso do Sul, pero la policía pretende realizar una inspección más detallada en las cárceles de Corumbá, Tres Lagoas, Campo Grande y Dourados para determinar los daños, el número de víctimas y las posibles fugas.Sin conexiónEl Gobierno del estado de Paraná ha informado de que los motines en las ciudades de Assis Chateaubriand, Toledo y Cascavel ya fueron controlados el domingo, en tanto que las rebeliones en Umuarama, Campo Mourao y Foz de Iguazú han concluido hoy. Asimismo, han hecho público que solo hay informaciones de una persona herida.El gobernador de Paraná, Roberto Requiao, ha asegurado que los presos de esas cárceles aprovecharon la inestabilidad generada por las rebeliones en Sao Paulo para amotinarse y presentar sus propias reivindicaciones. En este sentido, ha negado que existiese alguna relación entre la banda criminal que organizó los motines en Sao Paulo y las rebeliones de Paraná.Para el gobernador de Sao Paulo, pese a que la policía supo actuar con firmeza para controlar las protestas en las cárceles, no supo dimensionar el alcance de los ataques a comisarías y vehículos policiales, así como a autobuses y agencias bancarias, ordenados por los criminales desde los presidios.Vida paralizadaLa Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo ha atribuido los 180 ataques de los últimos días al Primer Comando de la Capital (PCC), una mafia de presos que controla decenas de cárceles de Sao Paulo y que ya había dado una demostración de fuerza en febrero de 2001 cuando organizó rebeliones simultáneas en 29 prisiones.Las autoridades consideran que las rebeliones fueron una represalia del PCC por el traslado, el pasado jueves, de 765 reclusos, entre ellos los cabecillas de la banda, a presidios de máxima seguridad. Según el comandante de la Policía Militar, Eliseu Eclair, las operaciones de combate a los criminales permitieron a las autoridades dar muerte a 38 delincuentes, arrestar a 91 e incautarse de un centenar de armas.Las agresiones dejaron 49 heridos, quemaron cerca de 80 autobuses y atacaron 13 sucursales bancarias, en una ofensiva que generó pánico entre los habitantes de la mayor ciudad brasileña y llevó a escuelas, comercios y empresas a cerrar sus puertas.