La derecha francesa ya tiene un candidato que dice lo que piensa. El presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, fue proclamado ayer candidato a las presidenciales en un congreso autosatisfecho que el elegido cerró con un discurso en el que defendió los valores del mérito y del esfuerzo individual frente al Estado asistencial.

El congreso reunió a casi 80.000 militantes, pero muchos ya habían votado antes por internet. Lo hicieron en total un 69,06% de los 338.000 adheridos, y de ellos apoyaron al candidato único 229.303, es decir, un 98,1%.

Uno de los que no votaron fue el primer ministro, Dominique de Villepin, que estuvo poco más de media hora en el congreso. No fue silbado, quizá porque antes Sarkozy se había preocupado de pedir que todo el mundo fuera bien recibido.

Durante una hora y cuarto, Sarkozy expuso su visión de lo que llamó la "República real" frente a la "República virtual" que representarían los socialistas, a los que no citó. Así, tanto en el terreno social como en el de la seguridad o en el de la inmigración, todo el discurso estuvo impregnado de la filosofía del esfuerzo individual frente al asistencialismo, del orden y el castigo a los delincuentes frente a la supuesta pasividad de la izquierda, y del respeto a los valores republicanos frente a la permisividad de las diferencias culturales o religiosas. Destacó que la sumisión de la mujer o la poligamia son "lo contrario de la República, y quienes las practican no son bienvenidos".

Este último aspecto es significativo porque Sarkozy ha sido a menudo acusado de "comunitarista" por el gaullismo más ortodoxo. El candidato conservador hizo un esfuerzo por integrar en su discurso los valores del chiraquismo para unir y federar a la derecha y para presentarse como el candidato de todos los franceses. El ministro Sarkozy reconoció que ha cambiado y aseguró que no es un conservador, que no cree en una Francia inmóvil, sino que quiere luchar contra las injusticias.

COMPROMISOS Prometió mejorar la fiscalidad del empleo proponiendo que nadie pague al Estado más del 50% de lo que gana y que "no se conceda ninguna ayuda social sin la contrapartida de una actividad de interés general".

En política exterior, se mostró contrario a "resucitar la Constitución europea" y a la entrada de Turquía en la UE, y defendió la independencia francesa, rindiendo homenaje a la posición de Jacques Chirac en Irak, pese a declararse "amigo" de EEUU.