Colombia tuvo ayer su segunda huelga general y su séptimo día de protestas que atravesaron el territorio con sus movilizaciones, cortes de carreteras y caceroleadas. El paro convocado por los sindicatos y estudiantes en reclamo de un país más justo enervó al presidente, Iván Duque. «Estamos viviendo momentos de mucha exigencia en la sociedad, pero que quede claro: aquí no van a pretender los pirómanos ganar con la violencia lo que no ganaron en las urnas», dijo al participar de un Congreso Nacional de Ganaderos a quienes dio su respalso. Hubo marchas en Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena, y otros centros urbanos. Esta vez se informó de incidentes menores. La plaza Bolívar fue otra vez el epicentro de la convocatoria en Bogotá. Los manifestantes llegaron con banderas y camisetas de la selección de fútbol.

El abismo que se ha abierto entre Duque y las organizaciones sindicales y sociales es mucho más profundo ahora. El mandatario ha recibido un pliego de exigencias que incluye la retirada de los proyectos de ley de reforma tributaria, de pensiones y laboral. También se le pide que depure la policía, se abstenga de privatizar empresas estatales y cumpla los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC.

DEROGACIÓN IMPOSITIVA / Por último le demandan que derogue un impuesto para financiar Electricaribe y defina políticas ambientales más allá de la retórica. «Ahora lo que toca es que nos respondan», señaló uno de los dirigentes que ha participado de la hasta ahora fallida conversación con Duque. «Ellos decidieron retirarse», respondió el presidente. El jefe de Estado habló al país cuando los efectos de la huelga comenzaban a sentirse. «La protesta pacífica es legítima cuando se ejerce respetando los derechos de los demás y cuando se ejerce rechazando, de manera clara, la violencia», insistió. Duque aseguró sentir «dolor» por las heridas que recibieron unos 340 uniformados desde que estalló el conflicto social. Un policía se encuentra en estado crítico.

«Duque no ha hecho más que dar palos de ciego. Desde el día del paro, sus reacciones han sido erráticas y tardías, y no ha logrado tomar medidas concretas para conjurar la crisis», señaló Vladdo, columnista del diario El Tiempo.

El expresidente Álvaro Uribe negó que quiera «tumbar» a Duque. «Nosotros queremos fortalecerlo», dijo sobre su delfín. También afirmó que Colombia sufre una conjura local e internacional de la que no serían ajenos los venezolanos Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. «Esto no es espontáneo. Hay otros factores, un propósito mayor. Tantos sitios de violencia no se dan espontáneamente», sostuvo.