El Senado de EEUU comenzará esta próxima semana los debates sobre la autorización solicitada por el presidente Barack Obama para llevar a cabo una acción militar contra Siria, según ha anunciado este domingo el líder de la mayoría demócrata en esa cámara, el senador Harry Reid. La Cámara de Representantes, por su parte, prevé volver al trabajo a partir del 9 de septiembre.

A juicio de Reid, el uso de la fuerza militar contra Siria "es justificado y necesario", y Estados Unidos tiene "una obligación moral" en cuanto a la aplicación de las normas internacionales que prohíben el uso de armas químicas.

Reid ha explicado que el Comité de Exteriores del Senado celebrará audiencias sobre el caso de Siria con funcionarios del Gobierno a partir de la semana próxima. La primera audiencia se celebrará el martes, ya que el lunes es festivo por la celebración del Día del Trabajo en EEUU. El propósito de Reid es que el pleno del Senado, controlado por los demócratas, vote una resolución para autorizar a Obama a usar la fuerza contra Siria a más tardar en la semana del 9 de septiembre.

Tensiones en la Cámara de Representantes

La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, también espera comenzar a considerar la autorización a Obama a partir del 9 de septiembre, según avanzó el presidente de la cámara, el republicano John Boehner. Si bien es más factible que Obama obtenga el aval del Senado, las cosas no serán tan fáciles en la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos.

La polarización del Congreso auguran pues que será difícil que el presidente logre la autorización para un ataque militar contra Siria. "En este momento, yo diría que si la votación fuera hoy probablemente sería un 'no'", ha admitido el republicano por Nueva York Peter King en declaraciones a la cadena Fox News.

El temor que ha comenzado a emerger es el de que los congresistas del Tea Party, el ala más conservadora del Partido Republicano, intenten usar la votación sobre Siria para lograr concesiones del Gobierno en temas como las negociaciones sobre el presupuesto o la reforma sanitaria. También hay dudas acerca de que los congresistas demócratas más progresistas se decidan a apoyar el ataque a Siria planteado por Obama.