La amplitud de la victoria de la derecha y la consiguiente proporción de la derrota de la izquierda es la única incógnita de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas que se celebran hoy. Los socialistas han intentado arrastrar a las urnas al electorado que se abstuvo el domingo pasado, pero no han podido evitar que sus divisiones afloraran durante toda la semana, lo que puede desmovilizar a sus potenciales votantes.

Los últimos sondeos publicados el viernes mejoran algo las expectativas de la izquierda, en comparación con los de principios de semana. El error del Gobierno de anunciar que está en estudio una subida de cinco puntos del IVA ha dado argumentos al PS, pero las críticas de los socialistas es posible que haya llegado demasiado tarde.

De los 577 diputados de la Asamblea Nacional, quedan por elegir 467. Los distintos institutos demoscópicos pronostican entre 394 y 463 para la derecha, es decir, la mayoría absoluta, fijada en 289. Para el PS, los vaticinios oscilan entre 95 y 156 escaños (ahora tiene 141 más ocho aliados). Todo depende del grado de participación y de la opción que tomen los votantes del Movimiento Democrático.