La crisis que vive el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), tras la renuncia de Franz Müntefering a la presidencia de la formación, se trasladó ayer a la alianza conservadora que forman los partidos Unión Cristianodemócrata de Alemania (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). El presidente de la CSU, Edmund Stoiber, que debía asumir la cartera de Economía y Tecnologías, renunció ayer a formar parte de un Ejecutivo encabezado por Angela Merkel. Aunque se esperaba semejante decisión, ésta adquirió el carácter de una deserción, ya que Stoiber abandona a su aliada cristianodemócrata en un difícil momento y, lo que es peor, con la esperanza de verla caer del Gobierno.

El ultraconservador Stoiber dijo en Múnich que no se mudará a Berlín y que desea permanecer en Baviera, lo que fue interpretado como un intento de atrincherarse en su patria chica para disparar sus sutiles misiles contra Merkel, convencido de que su enemiga íntima terminará por hundirse junto a la gran coalición. El dirigente bávaro justificó su decisión apelando a las transformaciones producidas en el SPD tras la renuncia de Müntefering a la presidencia.

MERKEL NO VE ALTERNATIVAS Merkel, por su parte, piensa que la situación se ha complicado, pero asegura que no hay alternativa al establecimiento de una gran coalición. Pero juega en su contra el hecho de que, si llega a formar Gobierno, no podrá tener amarrados en el Gabinete de ministros a los presidentes de los partidos aliados para garantizar la estabilidad de la futura alianza gubernamental alemana.

El consuelo de Merkel es que, cuando menos, Müntefering, en contra de lo que dijo antes, se mostró dispuesto a ejercer el cargo de vicecanciller y ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en el Gobierno. Con todo, su presencia no ayuda a la futura cancillera si el SPD sigue una evolución diferente a la de su Gobierno.

Los expertos aseguran que la actual crisis no es más que un obstáculo en el camino repleto de minas que debe recorrer Merkel para convertirse en la primera mujer cancillera de Alemania y para poder gobernar durante los próximos cuatro años. Según la ARD, la primera cadena de la televisión pública de Alemania, varios dirigentes de la CDU estudian la posibilidad de forzar la convocatoria de nuevas elecciones generales, que, tras un complicado proceso constitucional, podrían tener lugar el próximo 26 de marzo, fecha en la que están previstos comicios generales en los estados federados de Baden-Württemberg, Renania- Palatinado y Sajonia-Anhalt.

AMBIENTE DE TENSIONES Los estrategas de la CDU temen que, debido al ambiente de tensiones e inseguridad política que existe actualmente, el tiro salga por la culata y que, al final, pueda consolidarse una hipotética coalición de Gobierno que agrupe a excomunistas, verdes y socialdemócratas gobernados por el sector izquierdista del partido.

Pese a los problemas, los máximos representantes de la CDU y del SPD insistieron ayer en la necesidad de continuar con las conversaciones para consolidar la esperada gran coalición.