El controvertido impuesto sobre el carbono tiene una ventaja para Sarkozy: divide a la oposición. Mientras los socialistas lo rechazan, los ecologistas de Daniel CohnBendit --que casi sobrepasan al Partido Socialista en las europeas-- lo aplauden.

Es más, los verdes acusan de demagogia a la excandidata socialista Segolène Royal, que en la campaña presidencial se comprometió a instaurarlo.