Para frenar los disturbios y ante la presión internacional, el presidente de Túnez, Zine el Abidine Ben Alí, destituyó ayer al ministro de Interior, Rafik Belhaj Kacem. Mientras, el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, afirmó que serán liberados todos los manifestantes detenidos. Y anunció la creación de una comisión de investigación sobre la corrupción en las estructuras del poder.