El cerco al que Israel somete a Yasir Arafat también tiene desde ayer una vertiente económica. Un tribunal de Tel-Aviv ha condenado al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a pagar el equivalente a 10 millones de euros (unos 1.663 millones de pesetas) a la empresa de autobuses Egged como compensación por los daños causados durante el primer año de Intifada, tanto en la forma de atentados suicidas como en ataques armados.

Según argumentaron los abogados de la empresa, los daños causados durante ese periodo fueron más del triple, unos 30 millones de euros (4.980 millones de pesetas). Los atentados y ataques mataron a 113 personas e hirieron a otras 594. El pánico generado, añadieron los letrados, causó un descenso de los viajeros y graves pérdidas a la compañía. Egged argumenta que Arafat no evitó los ataques y que, en algunos casos, los financió e incitó.

Por otro lado, el Ejército israelí detuvo ayer en Hebrón a un miembro de la Yihad Islámica, sospechoso de formar parte del comando responsable del ataque perpetrado el pasado 15 de noviembre por esta facción armada palestina en Hebrón, que causó la muerte a 12 israelís, nueve militares y tres colonos. También fueron detenidos 17 miembros más de la misma organización, que recibían órdenes de Damasco.

El Ejército destruyó cinco viviendas en la ciudad palestina de Rafah, al sur de la franja de Gaza, según denunció ayer la Autoridad Nacional Palestina.