Cada una de sus proclamas homófobas tenía la capacidad de poner los pelos de punta en Europa mientras sumaba adeptos dentro de las fronteras polacas. No en vano la figura de Lech Kaczynski, el presidente de Polonia fallecido ayer en accidente de avión a los 60 años, ha sido una de las más controvertidas del espectro político europeo de las últimas décadas. Ultracatólico, conservador, populista, homófobo y profundamente euroescéptico, conectó con los sectores tradicionalistas y rurales de Polonia, que lo auparon a la presidencia del país en octubre del 2005.

No se puede recorrer la vida de Lech Kaczynski sin recorrer, casi indefectiblemente, la de su hermano gemelo, Jaroslaw. Nacidos en Varsovia en 1949, hijos de un ingeniero combatiente en la segunda guerra mundial en el levantamiento de la capital polaca contra la ocupación alemana, los gemelos caminaron juntos en la infancia, en la adolescencia, la juventud y en la madurez.

A los 12 años, los Kaczynski se hicieron famosos por su participación en la película infantil Sobre dos que robaron la luna. Era solo un anticipo de una trayectoria inseparable. Hasta tal punto que, en el 2006, mientras Lech ostentaba la presidencia del país, Jaroslaw ocupó el cargo de primer ministro. Una circunstancia inaudita, sin precedentes, en la moderna UE.

De la mano de Walesa

Sus primeros pasos en política, orientados a poner fin al régimen comunista, los dio de la mano del sindicalista, expresidente de Polonia y premio Nobel de la Paz Lech Walesa, líder de Solidaridad. Hasta que el distanciamiento con su mentor llevó a los gemelos a fundar su partido, Ley y Justicia, en el 2001.

Y así, de la Tercera República --como a Lech Kaczynski le gustaba llamar a la Polonia poscomunista--, empezó a defender la necesidad de una Cuarta República, aquella basada, según sus palabras, en la defensa de los valores de la Iglesia católica, apos- tólica y romana, los valores nacionales y la fortaleza del Estado. Dos ejes de la campaña que le llevó a la presidencia en el 2005. Sin olvidar el endurecimiento del Código Penal y el aumento de poderes de la policía y de los tribunales de justicia.

Pero antes, en el 2002, Lech Kaczynski pasó por la alcaldía de Varsovia, donde ya exhibió su estilo político. Con los homosexuales como diana. Prohibió la celebración del Día del Orgullo Gay, declaró que las uniones homosexuales rom- pían la tradición de la Polonia católica y no tuvo pudor en defender la idoneidad de la pena de muerte. En medio de este escenario, no faltaron los rumores de la homosexualidad de su gemelo, Jaroslaw, recogidos por la prensa alemana.

Poli bueno y poli malo

Durante poco más de un año --entre julio del 2006 y noviembre del 2007--, Lech Kaczynski tuvo a su hermano Jaroslaw como primer ministro. La prensa polaca les colocó el sambenito de poli bueno y poli malo. Mientras el presidente, Lech, casado --su esposa falleció ayer en el accidente-- y padre de una hija, ejercía el rol de la conciliación y la buena voluntad, Jaroslaw salía a escena cuando los conflictos, fueran exteriores o interiores, se enconaban.

El apellido Kaczynski ha dejado de ser sinónimo de unidad en contadas ocasiones. La más sonada, la del pasado octubre con motivo de la ratificación del Tratado de Lisboa. Cuando el presidente Lech Kaczynski, doblegado por el de Irlanda, anunció su voluntad de ratificarlo sin dilación, su gemelo, Jaroslaw, calificó la decisión de "precipitada". Cierto es que Jaroslaw ya no era el primer ministro, sino el líder de la oposición, después de que el partido perdiera las elecciones del 2007. Al final, Polonia acabó ratificando el texto.