Un guardia de seguridad ha matado a tiros a un judío israelí en el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, el emplazamiento judío más sagrado situado en Jerusalén. El vigilante relató que el visitante gritó Alá es Grande y él entendió iba a atentar. La explanada ha quedado cerrada al público.

Un portavoz policial explicó que el guardia de seguridad abrió fuego porque sospechó que el visitante era una militante palestino que, además, se disponía a sacar algo de su bolsillo mientras gritaba.

"El hecho de que él gritara Allahu Akbar (Alá es grande) parece ser la razón por la que el guardia de seguridad sacó su arma y disparó varias veces contra él", aseguró un portavoz policial. "Estamos investigando por qué el hombre gritó esto", agregó.