El equipo femenino de natación sincronizada no podrá actuar con el revolucionario bañador con el que pretendía dar el golpe en Pekín. La prenda utiliza los últimos avances tecnológicos para iluminarse dentro del agua. "Era una caña. En las pruebas que habíamos realizado en la piscina, la gente no paraba de aplaudir y después querían tocarlo para ver cómo era", explica la seleccionadora, Anna Tarrés, a quien han comunicado la decisión de forma verbal, aunque aún está a la espera de la resolución por escrito. La versión que ofreció ayer la Federación Internacional es que se ha llegado a esta decisión tras un acuerdo amistoso con el equipo español.

Los jueces del torneo revisaron cuidadosamente el bañador este domingo para darle el visto bueno, antes de que las chicas del conjunto entraran en el torneo. Y le encontraron demasiados inconvenientes. Diana Lachapelle, que es la jueza responsable de la sincronizada en Pekín, alegó que no existía nada escrito en las normas sobre el traje ni sobre las luces añadidas, e incluso alegó que podía provocar que las nadadoras se electrocutaran. Tarrés desmontó el argumento enseñando un certificado técnico que explicaba que no resulta peligroso. "Son demasiado conservadores para asumir tanta revolución", explicó Andrea Fuentes, la compañera de Gemma Mengual en la competición de dúos.

Los jueces de la sincronizada consideran que el bañador debería recibir la aprobación de la Federación Internacional, antes de que España lo utilice para competir, igual que sucede con el revolucionario traje de baño de Speedo que ha permitido la explosión de récords del mundo en la natación. "Nos han dicho que quizá en la próxima prueba de la Copa del Mundo lo podríamos utilizar".

Tecnología egarense

La idea del traje de baño luminoso la llevó adelante Tarrés, después de una conversación con uno de los responsables del departamento de biomecánica del CAR de Sant Cugat que, a su vez, la pusieron en contacto con el Centro Tecnológico Leitat de Terrassa, que fabricó las piezas. Leitat utilizó primero fibra óptica para complementar los trajes, pero sin el efecto deseado. Y se optó por añadirles dispositivos LED (diodo emisor de luz).

La primera idea de Tarrés es que los LED llevaran incorporado un chip con información programada. "El chip permitía que durante el ejercicio los LED pudieran variar de color", cuenta la seleccionadora. Finalmente se optó porque solo incorporaran un color, aunque igualmente transmiten una impresión completamente novedosa en el agua. "Los LED son las lentejuelas del siglo XXI, pero ya encontraremos otra cosa", concluye Tarrés.