Los Juegos de Pekín pasarán a la historia por muchas cosas, pero ninguna tan remarcable como la hazaña de Michael Phelps de superar las siete medallas de oro logradas por su compatriota Mark Spitz hace 36 años en Múnich. El nadador estadounidense se erigió en uno de los protagonistas de los Juegos Olímpicos con sus gestas en ´El Cubo´ .

"No creo que nunca podamos volver a ver algo de esta magnitud". La frase corresponde a un compañero de Michael Phelps, es del nadador estadounidense Erik Vendt. Pero podría suscribirla cualquiera que haya sido testigo de la hazaña más grande jamás intentada en unos Juegos. El planteamiento ya producía mareos. La Bala de Baltimore debía lanzarse 17 veces al agua en nueve días para ganar ocho medallas (todas de oro, claro) y superar así las siete que conquistó Mark Spitz en 1972 en Múnich, algo que hasta la llegada de Phelps parecía insuperable para cualquier otro nadador.

Dicho y hecho. Phelps se deslizó como un rayó en la rapidísima piscina del Water Cube y, con dificultades o sin ellas, se situó en la cima de la historia olímpica con esas ocho medallas, que llegaron acompañadas de siete récords del mundo. Solo el de 100 metros mariposa se le resistió. Lo tiene su compatriota Ian Crocker, pero fue el serbio Milorad Cavic el que puso en serios aprietos el desafío de Phelps, que solo gracias a un vuelo milagroso en la última brazada de mariposa logró salvar, por una centésima, el que fue su séptimo oro. Phelps, a sus 23 años un maduro y centrado supercampeón, ya había pasado apuros en la segunda prueba, el relevo 4x100 libre, en el que su compañero Jason Lezak impidió la victoria del cuarteto de Francia, con Alain Bernard en la última posta, en el último suspiro, en esta ocasión por ocho centésimas.

Líder en todo

Phelps, con ocho medallas de oro y 14 en el total de sus tres Juegos --fue el debutante más joven en Sídney, con 15 años-- encabeza desde ahora todas las estadísticas de olímpicos más laureados. En el futurista Cubo de Agua, además, lideró una auténtica caza de récords, y elevó a 26 las plusmarcas individuales que ya ha establecido en su carrera, superando las 23 del propio Spitz.

La piscina pequinesa elevó al cubo los logros de todos los nadadores. Cayeron 24 récords mundiales, tres veces más que en Atenas-2004, un registro solo superado por los 28 que se registraron en 1972 y los 26 de Montreal-76.