El picudo rojo supone una amenaza grave para las palmeras. Este peligroso escarabajo es originario del sudeste asiático y en en el año 1993 empezó su expasión por el país debido a la introducción de palmeras ornamentales infectadas desde el norte de África. El Rhynchophorus ferrugineus coloniza las palmeras, devorando el interior del tronco hasta debilitar y provocar la muerte del árbol. Esto es lo que le ha ocurrido a una palmera que estaba próxima a la ermita de la Antigua, por lo que se ha optado por sustituirla por un olivo centenario. En el día de ayer, los operarios municipales procedieron al cambio.

La delegada de Parques y Jardines, Mercedes Carmona, asegura que a día de hoy no existe en la ciudad una plaga como tal de picudo rojo, ya que solo se ha intervenido de forma puntual. La edil explica que el anterior reponsable de la delegación, Pedro Blas Vadillo, tuvo conocimiento de que la palmera junto a la ermita de la Antigua estaba infectada y se taló dejando solo el tocón, que es lo que se retiró en el día de ayer.

Esta acción se ha llevado a cabo también en otro ejemplar de la zona del museo romano. «En cuanto detectamos el picudo rojo en alguna palmera actuamos de inmediato», afirma Carmona, quien apunta que inicialmente se opta por aplicar un tratamiento a la palmera pero, si se llega tarde, no hay otra opción que talarla y sustituirla por otro ejemplar de la especie que se estime conveniente. Cabe destacar que uno de los principales problemas del picudo rojo es que es muy difícil detectarlo a tiempo, porque a simple vista no hay signos externos de afectación. De hecho, en ocasiones tienen que pasar varios meses e incluso llegar al año para que se perciban los primeros síntomas.

Carmona destaca que desde la delegación trabajan para actuar con celeridad en aquellas palmeras que pudieran tener picudo rojo, bien porque se haya detectado por parte de los operarios o por la advertencia de los propios ciudadanos.