El director del Banco de Sangre de Extremadura, José María Brull, reclamó ayer la necesidad de que en Mérida haya nuevos donantes de sangre en previsión de las necesidades que se presentarán dentro de apenas dos años cuando en la región se puedan realizar trasplantes de órganos. Mérida sigue siendo la ciudad extremeña donde menos donaciones se realizan, y los donantes son siempre los mismos.

Por ello, el banco de sangre está realizando desde este año extracciones en los centros de salud, aunque en las dos salidas efectuadas hasta ahora sólo se han recogido 79 bolsas (19 en febrero y 60 en marzo). El mayor problema es que "hay poca incorporación de gente nueva, son siempre las mismas personas que donaban hace cinco años", indicó Brull, cuando en otras zonas se incorporan un 10-15% de donantes cada año. La idea es facilitar la donación a las personas desplazándose a los centros de salud de las barriadas, para "hacer cantera", aunque se consigan menos bolsas al principio.

Según el director de este organismo, interesa más captar a más donantes que "sacar 60 bolsas siempre con las mismas personas". De esta forma, aunque ahora el banco no tenga problemas con las 40.000 bolsas anuales para cubrir las necesidades, cuando se realicen trasplantes harán falta al menos 55.000.

Este fue uno de los asuntos tratados ayer en una jornada organizada por la hermandad de donantes de Mérida para difundir las utilidades que se dan a la sangre que se recoge.