Caldereta, gazpacho, cerveza, una misa y, sobre todo, una buena jornada campestre fueron los ingredientes fundamentales del día que cientos de emeritenses pasaron ayer en la Casa de Campo.

Tras la salida de San Isidro desde la Iglesia de San José el sábado, acompañado por los caminos hasta la Casa de Campo, los eventos más importantes tuvieron lugar ayer con distintos concursos y premios y el reconocimiento a un agricultor jubilado, Francisco Porras, al que la cofradía de San Isidro hizo entrega de una placa conmemorativa.

El tiempo acompañó y muchas personas se animaron a pasar esta jornada en el campo, algunas de las cuales acudieron a la misa celebrada en el lugar y fueron testigos de los numerosos concursos, entre ellos los de gazpacho y caldereta, y disfrutaron de la presencia de distintas carrozas preparadas para la ocasión.

Se trata de una celebración arraigada sobre todo en las localidades cercanas a la ciudad, pero que en Mérida todavía no ha adquirido la importancia que sus organizadores demandan, aunque con el paso de los años cada vez son más los que se dan cita en la Casa de Campo, lugar elegido para pasar la jornada.