La suspensión temporal del tráfico en las calles del entorno del Museo durante el horario de terrazas no ha sido bien recibida por todos los residentes y comerciantes. Mientras que hay hosteleros que apoyan la medida, pues en base a su propuesta ha tomado la decisión el consejero municipal de Tráfico, Manuel Balastegui, hay otros empresarios que consideran que se verán perjudicados, al igual que algunos vecinos.

Unas cuarenta personas, entre vecinos y hosteleros, algunos de zonas cercanas a Sagasta, han firmado un documento registrado el pasado martes en el Ayuntamiento de Mérida en el que reclaman una reconsideración de los cambios, algunos de los cuales comenzaron ayer a ejecutarse, como la supresión de la carga y descarga y el reservado de un hostal de Sagasta ubicados en Pontezuelas, para habilitar el doble sentido de circulación entre José Ramón Mélida y Travesía de la Rambla.

La medida, que estará completamente en marcha antes de la Feria,consiste en cerrar el tráfico de 13.30 a 16.00 horas y de 20.00 horas a la 1.00 de la madrugada para que los bares y restaurantes instalen veladores ocupando la parte central de las calles José Ramón Mélida y Sagasta, en el tramo antes reseñado, entre los meses de abril y octubre. Asimismo se introducirán cambios en la señalización para regular el acceso a los garajes de la zona afectada.

En el escrito los afectados sostienen que se ha producido un "incumplimiento legal" puesto que en ningún momento se les ha preguntado sobre los cambios a pesar de tratarse de un negocio --la hostelería-- regulado por el reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas. "Nadie nos ha preguntado", señala Romualdo Casillas, uno de los vecinos firmantes.

Asimismo sostienen que hay establecimientos en este tramo que no han solicitado el cierre del tráfico. Otro de los aspectos resaltados es que la calle Sagasta supera escasamente los 5 metros de ancho, por lo que sostienen que "introduce 'virtualmente' la actividad dentro de las viviendas colindantes, con los consiguientes ruidos y molestias que impiden el derecho al descanso".

Por otro lado exponen que durante las horas de instalación de las terrazas los residentes no podrán llegar hasta su domicilio con sus coches para trasladar a un familiar con dificultad para desplazarse o para descargar sus compras. También creen que suponen un obstáculo para la entrada de vehículos de emergencias, ya sea una ambulancia o un coche de bomberos, lo que obligaría a levantar a los clientes para retirar las mesas y las sillas.

El Grupo Municipal Socialista ofreció ayer una rueda de prensa en la que se hizo eco de estas protestas. Los concejales Roberto Olivera y Carmen Yáñez, además de solicitar una comisión informativa de Tráfico para conocer los informes en los que se han basado los cambios, acusaron al equipo de Gobierno de perpetrar una "persecución política" contra la portavoz socialista, Estrella Gordillo, pues su marido es el propietario del hostal afectado. Ayer mismo, y sin previo aviso, la policía local se personó en el establecimiento para advertir que los vehículos que ocupaban el reservado de Pontezuelas iban a ser retirados, y que este espacio iba a ser suprimido.

El consejero municipal de Tráfico, Manuel Balastegui, subraya que todas las medidas han sido adoptadas tras la realización de informes técnicos, que escuchará las quejas vecinales, y que las decisiones se han tomado atendiendo al "interés general" de la ciudad, al entender que genera más beneficios que molestias, en cuanto a que impulsa la creación de riqueza y empleo.

Señala también que las críticas "se han adelantado", puesto que aún no se ha terminado de colocar la señalización, y asegura que "si en dos meses no funciona, se quita". En cuanto al hostal, indica que se habilitará un nuevo reservado una vez que sea solicitado.