La festividad de santa Eulalia siempre ha ido de la mano de la celebración de la Inmaculada Concepción. Ambas festividades han sido la antesala de la Navidad. Y desde siglos los actos religiosos han sido similares. Sobre estas dos fiestas, hemos encontrado un programa de mano titulado de la siguiente manera: las Fiestas que el excelentísimo ayuntamiento dedica a la Purísima Concepción patrona de España y a la Mártir Santa Eulalia Patrona de la ciudad de 1895.

El documento nos da información completa de ambas festividades. En el se dice: siguiendo la costumbre jamás interrumpida, ha dispuesto algunos festejos que tendrán lugar en los días 8, 9 y 10 del actual en honor de la Purísima Concepción patrona de las Españas y de la especial de Mérida la Mártir Santa Eulalia.

Para esta festividad vino el obispo de la Diócesis de Badajoz y dar mayor realce a los actos religiosos, oficiar la misa de la patrona, hacer un panegírico y presidir las procesiones. El hecho de su presencia constituyó un acontecimiento para Mérida.

El primer acto religioso de la corporación municipal fue asistir a la renovación del voto de la Inmaculada Concepción. En esta época sólo hay un periódico, El Montero Extremeño , que le dedica un especial.

El día 8, en el convento de la Concepción, a las diez de la mañana, con asistencia del "Excelentísimo Ayuntamiento" se celebró el acto religioso, donde "la oración sagrada" estuvo a cargo de Antonio Moreno, párroco de Santa María, y por la tarde musica en la plaza de la Constitución, hoy de España.

EL OBISPO A las tres de la tarde del día 9 llegó el obispo y se trasladó a la parroquia de Santa Eulalia. Presidió la procesión de la mártir santa Eulalia desde su casa a la Iglesia de Santa María, en donde a su llegada se cantaron las vísperas . Esta procesión presidida por el obispo, ayuntamiento, autoridades y pueblo constituyó una manifestación total del pueblo de Mérida a su patrona.

A las siete de la tarde se iluminó la plaza de la Constitución. Fuegos artificiales confeccionados por el antiguo pirotécnico de la ciudad Manuel de Pinillos, "hoy por su viuda". Durante los fuegos, la Banda Municipal amenizó el acto interpretando piezas de su repertorio y una vez terminado la banda tocó "retreta" por las calles.

Mérida vivía estos días con auténtico fervor. A las seis de la mañana del día 10 se tocó "diana" para anunciar los festejos de este día. A las diez se procedió a la procesión de la mártir desde Santa Maria a Santa Eulalia donde hubo misa solemne oficiada por el obispo que predicó las glorias de la excelsa patrona. Los músicos y cantores de la catedral de Badajoz acompañaron en la misa. Después del acto religioso se repartieron ochocientos panes a las clases menesterosas .

A las tres de la tarde cucañas y música en la plaza. De cinco a seis de la tarde y con motivo de la novena que se celebraba en santa María se cantó un preciosos motete a la Purísima Concepción, por Mariano Zabala Abarca, beneficiario y maestro de la Capilla de la Santa Basílica Catedral de Salamanca, y por el reputado aficionado de Mérida, Narciso Viñeta, acompañado de la orquesta municipal. A este acto asistió el obispo revestido de Pontifical y al final dio su bendición.

Toda la ciudad participaba en estos festejos y las sociedades recreativas tomaban parte activa. Se celebraban bailes en el Círculo Emeritense, Círculo de Artesanos, Amigos del País y La Tercia, que aunque era republicana, los actos lúdicos los celebraba con todas solemnidad. El Teatro Ponce de León, al margen de las obras que se representaban por alguna compañía lírica de la ciudad, también daba bailes.

El alcalde de Mérida, José Domínguez Rollán, acompañado de toda la corporación asistía, no sólo a los actos religiosos sino a los profanos. La Plaza de la Constitución era un hervidero de chicos y chicas luciendo sus mejores galas. El día de la Patrona siempre ha sido, a través de los siglos, el mayor acontecimiento popular.