La historia se repite. Los vecinos de las calles Suárez Somonte, Calderón de la Barca y Oviedo se vieron ayer afectados por nuevos cortes en el suministro de agua debido a la rotura de dos tuberías. Las labores de reparación obligaron a cortar el tráfico en ambas vías, obligando a los conductores a tomar rutas alternativas.

Aunque la empresa concesionaria solo reconocía ayer estas dos roturas, también hubo constancia de cortes y averías en Nueva Ciudad y en la barriada de San Juan.

Según apuntó el alcalde, Angel Calle, que se desplazó hasta el lugar de las averías para conocer de cerca lo ocurrido, los responsables de ´aqualia´ sospechan que estas incidencias están relacionadas con la rotura de una de las conducciones de la red principal del suministro de agua en la barriada de Nueva Ciudad el miércoles pasado.

La primera en romperse fue la que se sitúa en la confluencia entre Calderón de la Barca, Los Maestros y Suárez Somonte. Ocurrió sobre las nueve y media de la noche del domingo. Se trata de una tubería de fibrocemento de 150 milímetros de más de 40 años de antigüedad. Según informaron los propios vecinos, a mediodía de ayer ya había vuelto el suministro.

La rotura de la conducción de la calle Oviedo se produjo ayer sobre las once de la mañana. En este caso la tubería, del mismo material y antigüedad, era de 200 milímetros. En este caso la reparación fue más rápida, puesto que sobre las cinco de la tarde ya había vuelto el agua a casa de los vecinos.

El alcalde pidió disculpas a los vecinos afectados por este nuevo corte en el suministro, y paciencia hasta que la red abastecimiento sea sustituida por completo para evitar las contínuas averías. Y es que es posible que en los próximos días se repitan como consecuencia del proceso de llenado al que se vio sometida buena parte de la red de abastecimiento tras la avería de la semana pasada, que dejó a toda la barriada de Nueva Ciudad sin agua, en algunos casos durante más de veinticuatro horas.

Las tuberías rotas se sustituyen por otras de fundición dúctil, un material mucho más resistente que el fibrocemento, que debido a su antigüedad se rompen al mínimo cambio de presión o como en este caso, por bolsas de aire provocadas por el llenado de la red principal.