El Matadero Regional de Mérida era algo más que una empresa, daba trabajo a varios cientos de emeritenses. No eran sólo los empleados que trabajaban en ella, sino las industrias satélites que vivían gracias a ella.

El dosier que hemos recibido de la viuda de Augusto Valcarce, Inés Corchero, y de su hija Marina, nos recuerda tiempos pasados pero que deseamos que perduren en el recuerdo en estos reportajes de los domingos. Es de justicia comprobar que Mérida era una ciudad industrial que tuvo momentos inigualables con el Matadero, Corchera, El Aguila, La Casera, Hilaturas, Tabacalera y por tal causa, incluso el equipo de fútbol, se llamó durante muchos años Mérida Industrial, aunque las industrias no se volcaron con él. Ante tales perpestivas cambió su nombre, pero hubo épocas brillantes que hay que recordar, escribirlas y recogerlas como un testimonio de nuestra Mérida.

Y queremos recordar productos que han desaparecido y que eran santo y seña, aunque la figura principal eran esas latitas de foie-gras que se vendían por cientos de miles en todo el mundo, y que todavía las hay, pero el mercado le dio un palo de la mano de un determinado personaje, muy conocido en este país, que criticó su composición y las ventas se vinieron abajo cuando era el producto estrella.

LOS PRODUCTOS El foie gras jamás tuvo problemas en el mercado, sólo la competencia de otras grandes industrias que se hicieron con él cuando a nivel nacional se hizo una campaña de desprestigio, y no supimos romper semejantes infundios y nos costó su producción, mermar la productividad y caer en picado el mercado. Todo estaba bien estudiado.

Ha desaparecido el chorizo Regio , que se vendía en lata. Era el mejor chorizo de cerdo que se ha frabricado. Los jamones de esta tierra que se curaban en Jabugo, pero eran extremeños, llegaban el cuidado de unos maestros en el arte de cortar, cuidar y preparar el jamón de bellota. También callos, magro de cerdo, mortadela, salchichas.

El mercado comenzó a abrirse a otros productos como el tomate concentrado frito y natural, fabada, garbanzos con callos y para potenciar la marca se comenzaron a industrializar produstos del mar y de hortalizas en todos sus géneros.

El Matadero Regional era, en sus mejores momentos el más completo de Europa en su género y su sala de despiece la mayor, sólo comparable con una que había en Chicago. Han pasado los años, de ahí que con este dosier queramos recordar viejos tiempos en este escenario emeritense que vivió sus mejores momentos industriales gracias a empresas como el Matadero.

La importancia de esta industria era tal que el mismo rey Alfonso XIII se interesó por su construcción y vino en persona a verlo y darle el impulso que necesitaba. Las obras de Matadero comenzaron el 18 de agosto de 1927 después de múltiples gestiones. Esta empresa tomó su auge cuando llego a ser responsable de ella José Fernández López en 1935.

En estos momentos se hace un nuevo matadero en el polígono industrial y en el lugar donde se encuentra actualmente se construirán viviendas de todo tipo. José Luis Mosquera ha comentado la posibilidad de quedar algo que nos recuerde esta empresa y el edificio dedicado a oficinas sería el más emblemático.