El centro de ocio joven El Economato celebró ayer su primer año de andadura. Han sido 365 días desde que comenzara a funcionar un espacio pionero en el que los chicos ocupan su tiempo en actividades saludables en compañía de otros jóvenes. Una planta de más de 700 metros cuadrados, que se van duplicar próximamente con la culminación de las obras en la planta sótano, recuperados para los más jóvenes después de 25 años de abandono tras el cierre de este emblemático establecimiento destinado a los ferroviarios de la ciudad.

Para celebrar este primer aniversario, durante la jornada de ayer se celebraron conciertos en el escenario situado en el patio de este recinto ubicado en la calle Marquesa de Pinares. Actuaron dos formaciones locales que habitualmente practican en los locales de ensayo que el centro pone a disposición de los grupos de la ciudad. The Blackbulls e Infussion pusieron el ritmo a una jornada en la que comenzaron los talleres de iniciación a las cartas magic, ajedrez, manualidades o videoforum.

Una muestra fotográfica repasa el cambio que ha dado desde que funciona el economato, pasando por el estado en el que quedó tras ser abandonado y haciendo un recorrido por las actividades que en él se desarrollan.

Actividades como las que consiguen atraer cada tarde a cientos de chicos a partir de los 12 años de edad en las que tienen a su disposición, y de forma gratuita, todo tipo de juegos de mesa, futbolines, un tablero para el fútbol chapas, mesas de ping pong o conexión gratuita a internet.

Pero no solo a los más jóvenes, ya que sus salas también son utilizadas por grupo de personas mayores para hacer gimnasia, comparsas o coros que buscan un lugar donde ensayar.

Esto en el interior, porque en el exterior está el espacio reservado para quienes practican actividades urbanas como el break dance o el grafiti.

Pero sin duda uno de los grandes atractivos lo ofrece son los locales de ensayo para los grupos musicales. Por un precio de 60 euros, dos y hasta tres formaciones comparten un lugar --ellos mismos se organizan en turnos para su utilización-- donde pulir los acordes de sus creaciones o las versiones de sus ídolos. Con este sistema, cada miembro debe aportar un cantidad que rondan los cinco euros, dependiendo del número de integrantes de la formación y de los grupos que comparten el local, en el que además pueden guardar sus propios instrumentos.

La Delegación de Juventud pone además a disposición de los chicos que lo necesitan algunos instrumentos adquiridos con motivo del Instituto de Ocio Joven, una actividad que organiza clases de de las expresiones artísticas más reclamadas por los alumnos (teatro, percusión, guitarra, etc) durante los fines de semana. La primera edición fue un éxito, según el delegado de Juventud, Roberto Olivera, por lo que ya se está pensando en una segunda convocatoria que se celebrará en el primer trimestre del 2011.

Actualmente once formaciones comparten los cuatro locales disponibles, que se quedan cortos para la gran demanda existente en la ciudad. Hasta quince formaciones están en una lista de espera que en los próximos meses se verá reducida drásticamente, si no desaparece, cuando se habiliten los nuevos locales que se están construyendo en la planta baja del edificio. Pero eso será motivo de celebración el próximo año.