El barrio de El Prado, al noroeste de la ciudad, es un ejemplo claro del estallido de la burbuja inmobiliaria. Varias promociones de pisos abandonadas atestiguan el fin del boom de la construcción y dejan una zona con cierta sensación de ciudad a medias que acrecienta el vacío solar del consistorio donde deberían construirse servicios para el barrio, o la obra del Archivo General de Extremadura, más lenta de lo que se esperaba, según el presidente de la asociación de vecinos, Antonio Leo Fernández. Los residentes también se quejan de que la zona, próxima a la autovía A-5, se convierte frecuentemente en aparcamiento de camiones, así como del escaso civismo de algunos dueños de perros que no se preocupan de recoger sus excrementos; uno de los problemas más citados.

Este barrio joven, de poco más de una década de antigüedad, concentra un gran número de familias que se están viendo muy afectadas por la crisis. "Hay bastante gente en paro últimamente, por lo que creo que se deberían llevar a cabo más actividades para ayudar a personas que no esperaban encontrarse en esta situación a buscar empleo o a formarse para empezar a trabajar en algo distinto a lo que hacían antes", opina Leo. Para ello, ofrece la colaboración de la asociación de vecinos, que ya organiza actividades en su local social, en la avenida del Prado, eje central de la barriada. "Aquí hay muy pocos servicios, apenas una multitienda y un bar, por lo que tenemos que desplazarnos para cualquier cosa, así que las actividades tienen bastante éxito", explica.

Al mismo tiempo, Leo solicita mayor vigilancia y cuidados en las promociones inmobiliarias que se han quedado abandonadas. Una de ellas, por ejemplo, al lado de la avenida de El Prado, estaba prácticamente terminada y durante meses sufrió el saqueo de los materiales que ya estaban instalados en los pisos. Ahora la imagen es desoladora: cristales rotos, paredes llenas de agujeros, restos de cables arrancados... "Y el peligro que todo esto conlleva para cualquiera que pueda meterse aquí, sobre todo los niños, porque no hay ninguna valla ni nada".

Además, el presidente vecinal lamenta la falta de servicios en el barrio, al contemplar los terrenos del ayuntamiento en los que está prevista una zona dotacional --para la construcción, por ejemplo, de un centro educativo--, en la que, que sepa, no hay ningún proyecto previsto de momento. "Entendemos que es un momento difícil, pero aquí la gente paga sus impuestos como en todos lados, algunos bastante altos, y merecemos buenos servicios".