El sifón no faltaba de la barra de un bar. Era una bebida imprescindible y que se utilizaba con frecuencia.

Un sifonazo (agua y gas carbónico) a presión en un recipiente de cristal, con unas características especiales, era la bebida que acompañaba al vermut, vino, refresco de zarzaparrilla y un vasito pequeño después del café, mientras echabas una partida en el bar, en una sociedad recreativa o en tu propia casa, donde siempre tenías un sifón a mano. No hacía falta ir a por él, había carros de reparto y se anunciaban en la misma calle, recogías el lleno y entregabas el recipiente vacío por un precio módico al alcance de todas las economías. El vaso de sifón era como la guinda en el pastel.

En Mérida ya hemos comentado que había cuatro empresarios que se dedicaban a producir cientos de sifones diarios; Manuel Hernández Vinagre, con la marca La Francesa, que publicamos el pasado domingo; García de Vinuesa Soriano, con La Camerana, de la que nos ocupamos hoy; Zacarias Silva Zama, con Zasil y La Extremeña; y Pedro Serrano. Pedro no tenía marca definida y se fabricaba en la calle El Puente, después en San Juan de Dios número 5 y terminó en el Camino de la Magdalena, en la barriada Santa Isabel. Era más conocido como Matacabra . También conoceremos su historia.

La firma La Camerana comenzó en el año 1905 en la calle Atarazanas pero tenía su lugar de servir y vender al público. Lo hacía no sólo en este lugar sino en la plaza del Rastro, donde los ciudadanos se sentaban a tomar un refresco, una gaseosa y no faltaba el sifón La Camerana, para agregarlo a otras bebidas. El sifón no se bebía solo, siempre iba acompañado, la gaseosa sin embargo era una bebida distinta en este sentido y tenía más glamour. La Camerana como empresa se constituye en 1905, ya le dedicamos a esta marca, que se registró en varios productos, un capítulo en el II tomo de los Viejos Escenarios Emeritenses. Era una sociedad mercantil dedicada a la fabricación de pastas alimenticias para sopas, y bebidas gaseosas tanto gaseosas como sifones.

Los empresarios que introdujeron esta marca fueron la familia García de Vinuesa Soriano y ha sido su familia quien nos ha facilitado la información y las fotografías del año 1927. Octavio García de Vinuesa, hijo de Román García de Vinuesa, era todo un personaje en la ciudad, en muchos sentidos: sociales, deportivos e industriales. A Román, a pesar de tener un apellido ilustre siempre se le conocía como El de La Camerana .