--¿Cuándo nace su interés por la historia de los gladiadores?

--Desde la película Espartaco , de Kirk Douglas. Me llamó mucho la atención cómo un tío que no era nadie en la vida le dio la vuelta con su honor y físico para llegar a ser un ídolo de masas. El atractivo que vendo del gladiador no es el de un asesino, sino el de alguien que se ganaba la vida. Los clichés de Hollywood nos tienen equivocados, porque los gladiadores eran los Cristiano Ronaldo de la época.

--¿Qué es ser recreacionista?

--El recreacionista debe creérselo cuando está en activo porque revive la historia de los gladiadores. Yo preparo a los chavales psicológicamente antes de salir al anfiteatro, porque conocen su historia y es un momento de tensión antes de hacer el espectáculo Ludus Gladiatoria. En las cuatro últimas ediciones del espectáculo que hemos hecho hubo lleno y se quedaban cerca de 200 personas fuera. Traemos a público internacional que viene a vernos y acaba repercutiendo económicamente en la ciudad. Nosotros no presentamos solo la lucha, sino como vivía el ciudadano las jornadas o los sacrificios a reos. Los espectáculos que hacemos en el anfiteatro solo se hacen en Nimes (Francia).

--¿Cómo surge la escuela?

--La asociación surgió en 2013 tras presentarle a la dirección anterior del Consorcio un proyecto para darle vida al anfiteatro. Me hice de un grupo humano espectacular y ahora somos 18, a cuya disposición pongo el material de gladiatura.

--¿Tienen apoyo institucional?

--La nueva dirección del Consorcio se dedica a la conservación del monumento y no quiere saber nada de recreaciones, así que haber qué hacemos con el festival de teatro, porque si no se puede utilizar un monumento entiendo que el otro tampoco. Ya que tenemos la promoción de Mérida con el festival podríamos aprovechar para que hubiese luchas de gladiadores por la tarde, y lo haríamos como se hacía en la época romana, que primero iban al anfiteatro y luego al teatro.

--¿Cómo ve el turismo?

--La consejería de Turismo no sabe lo que está haciendo en Mérida, porque el visitante que viene a la ciudad no pernocta, ya que se ve en un día y no hay actividades de nada. Muchos sectores vivimos del turismo y hay que cuidarlo parar dar un turismo de calidad. La gente no va a venir a la ciudad por la gastronomía, sino a ver sus monumentos que son únicos.

--¿Y Emérita Lúdica?

--Es un producto único. Su fundador fue Miguel Alba, que se implicó como director del Consorcio aunque no fuese su papel, pero creía en la recreación y en practicar la historia con los monumentos reales.

--¿Le gustaría que su museo se instalara de nuevo en Mérida?

--Sí. El museo debería estar en Mérida permanente, porque es el el único museo del mundo de gladiatura. Ahora estoy llevando el museo por toda España, pero en Mérida ni se valora, porque durante los seis meses que estuvo abierto lo visitaron 1.800 personas y no tuve apoyo. Con una ayuda institucional la exposición podría volver a la ciudad y me encantaría porque soy emeritense.