Con absoluta puntualidad y una emocionante ovación, Julio Iglesias volvió al Teatro Romano de Mérida casi 11 años después de su última actuación e hizo vibrar a unos 3.000 asistentes al primer concierto de su gira en España de este verano. Llegó desde Europa tras cantar en Asia y América Latina, pero destacó sobre todo la emoción de volver a su tierra: "Vosotros ya sabéis lo mucho que siempre tengo presente a mi país allá donde estoy", proclamó. Con Amor, amor, amor , el internacional cantante hizo su entrada triunfal con el acompañamiento de la banda y tres espectaculares coristas, más bailarines como la pareja de tango a la que presentó como "la más grande del mundo" y que bailó al poco del inicio A media luz .

El truhán, señor, bohemio y soñador por antonomasia ha pasado de anunciar que la de 2002 sería su última gira en España, según dijo precisamente en el teatro de Mérida en septiembre de aquel año, a sentirse en "una gira constante", como ha manifestado en alguna entrevista reciente. La duración prevista del concierto de ayer era de dos horas, en las que Iglesias tenía por objetivo deleitar a los asistentes con sus "grandes éxitos", según habían anunciado los organizadores de la cita. No podían faltar títulos como Canto a Galicia , De niña a mujer , Bamboleo o Nathalie . Sus temas de siempre con su imagen más clásica: traje y corbatas negros y camisa blanca. Al cierre de esta edición, el concierto se desarrollaba sin incidentes, con Iglesias en forma y el público completamente entregado.

El cantante se sintió cómodo desde ese inicio de la actuación y al poco de empezar declaró que "venía pensando los años que hace que visité por primera vez esta tierra, 43". Aunque en la actuación estaba prevista la intervención de más de una veintena de artistas, tres cañones de luz estaban preparados, según explicó el jefe de producción, Santiago Gallego, para seguir en todo momento el cantante. El montaje se adaptó a las características del teatro romano, en el que se prescindió por ejemplo de los vídeos que se utilizan en otros espacios y se centró en cambiar la iluminación en función de los temas. "Aquí no tiene sentido tapar el escenario, que precisamente da una singularidad única a esta actuación", indicó Gonzalo Ovejas, jefe técnico de la gira. "Es el mejor cantante latino del mundo en el mejor escenario de España", proclamó Gallego.

La gente respondió con aplausos y ovaciones en una cálida noche después de que ayer, tras semanas de tiempo inestable, llegara definitivamente el verano a Mérida con temperaturas por encima de los 35 grados. Durante el día, se notó gran afluencia de público en los negocios de las calles del centro y el mercado medieval que coincidió con la cita musical, lo que probablemente estuvo relacionado con la llegada de seguidores de Iglesias. De hecho, el vicepresidente de la Asociación de Hosteleros, Daniel del Amo, confirmó que las plazas de los principales hoteles estaban reservadas al 100% desde hace semanas, poco después de que el concierto se anunciara a mediados de abril.

En la noche de ayer, solo quedaba disfrutar. Son muchos quienes consideran a Julio Iglesias el referente de la canción latina en el mundo y las gradas del teatro romano se llenaron para ver al cantante en este entorno único. A punto de cumplir los 70 años el próximo septiembre, él sigue apostando por su amor a la vida, al amor, al éxito, y, por supuesto, a su irrenunciable "¡hey!".