Hace años el desplazamiento al Lago de Proserpina era peligroso. La carretera, estrecha, mal asfaltada y sin pintar los bordes y el centro. Más de un accidente mortal hemos conocido en este tramo de cuatro kilómetros. Se han hecho viviendas sin proyectos y sin permiso de obras. Una anarquía perfectamente desorganizada. Se comenzó a tener conciencia de la importancia del lago cuando los habitantes se contaban por miles. Los chiringuitos se llenaban; las payas, repletas de visitantes. Incluso en sus orillas se observaban cientos de tiendas de campaña de gente que pasaba allí el verano o el fin de semana.

La Cruz Roja, que se desplazaba los sábados, domingos y festivos, recorría el lago. Salvó vidas, curó accidentados y más de un hipertenso tuvo que ser atendido por el médico Isidoro Gago y un grupo de voluntarios. Un bocadillo con unas cervecitas que proporcionaban La Chón y Alfonso era toda la ayuda de la que disponíamos. Se lo dice este periodista que entones era el presidente local de esta institución y quien hizo el puesto de socorro que sustituyó a las lonas que proporcionaba el Club de Piragüismo.

Ha mejorada la carretera. Pedro Acedo incidía en que esta vía fuera reparada y se comprometía a su mantenimiento con el presidente de Confederación. Se hizo el paseo perimetral, que fue todo un acierto, se reforzó la presa en su vaciado por la eutrofización, se arreglaron los bocines, se hizo el Museo del Agua... En estos momentos el peligro es inexistente.

Hay agua potable y se iluminaron algunas calles que ahora están sin acerado y llenas de hierbas secas y jaramagos. Hay lugares en los que el peligro de incendio es altísimo y que se han convertido en nidos de ratas. Hay farolas destrozadas y el cuidado de las orillas es inexistente. Acedo ha prometido iluminar la carretera, sería un logro importantísimo, también para las calles que no tengan alumbrado. Proserpina tiene casi un millar de viviendas, muchas de primera ocupación. No hay teléfono, solo el de batería. La limpieza brilla por su ausencia y carece de autobuses. Proserpina merece más atención.