El microclima instalado en la calle Santa Eulalia de Mérida y aledañas se encuentra en punto muerto. Bien entrado el mes julio y con los termómetros superando cada día los 30 grados, este sistema instalado en el 2007 para hacer más cómodas las compras durante los meses de verano, aún no tiene garantizado su funcionamiento este año. El sistema requiere una inversión anual cada comienzo de temporada que ronda los 3.000 euros, que se destina a labores como la revisión sanitaria del circuito y de las bombas que mueven el agua y la limpieza de las 115 boquillas de las que se compone. Estas son las encargadas de pulverizar el agua, logrando rebajar la temperatura entre 8 y 10 grados centígrados.

El nuevo equipo de Gobierno municipal está en pleno proceso de reducción de gastos. En esta línea, la nueva consejera de Industria y Comercio, Lola Hernández, ha anunciado esta semana que el ayuntamiento no asumirá este año, como había venido haciendo hasta ahora, el mantenimiento del microclima, pues considera que se trata de una competencia de las tres asociaciones que soportan el Centro Comercial Abierto: la Asociación de Comerciantes de Mérida, la Asociación de Empresarios de Mérida (Aeme) y la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mérida (Apyme).

Así, aunque no renuncia a colaborar con el Centro Comercial Abierto, sostiene que el consistorio no asumirá un gasto que considera impropio. Para ello se apoya en el convenio suscrito en marzo del 2010 entre el ayuntamiento y la Asociación de Comerciantes para sufragar el 20% del salario de la gerente del Centro Comercial Abierto, entre otras cuestiones, pero en el que "en ningún punto se indica que el ayuntamiento tenga que encargarse del mantenimiento del microclima".

REUNION Por su parte, los comerciantes prefieren no pronunciarse al respecto hasta mantener una reunión que tienen concertada con la responsable de Comercio del ayuntamiento, y para la que aún no hay una fecha cerrada. Mientras tanto, el sistema --para el que fue necesaria una inversión de casi 200.000 euros-- sigue sin funcionar y, aunque se llegue pronto a un acuerdo sobre quién debe sostener económicamente un servicio del que se benefician los comerciantes --no todos forman parte del Centro Comercial Abierto--, los vecinos y también los visitantes, lo cierto es que aún habría que esperar a poner en funcionamiento el sistema.