Sin incidentes reseñables. Las nuevas oficinas del Organismo Autónomo de Recaudación (OAR), ubicadas en el edificio rehabilitado de la antigua comisaría de Policía Nacional, en la calle Almendralejo, abrieron ayer sus puertas al público con «total normalidad». Según informó a este diario la jefa de servicio de gestión tributaria y catastral, Ana Frade, en esta primera jornada se atendieron 60 citas previas y no se registraron problemas informáticos ni organizativos.

Aunque la mudanza se hizo el pasado fin de semana, las nuevas instalaciones permanecieron cerradas durante el lunes de manera preventiva, ya que se trataba de comprobar que «todas las comunicaciones funcionaban correctamente» tras la configuración de los equipos informáticos. Frade explica que en la actualidad las oficinas cuentan con la presencia de un guardia de seguridad que ayuda a orientar a los ciudadanos que acceden al edificio, ya que también ha pasado a ubicarse la oficina de Vivienda de la Diputación de Badajoz.

Aunque no se produjeron incidentes, Frade reconoce que en ciertos momentos hubo retrasos porque algunas personas acudieron inicialmente a la antigua oficina, de la avenida de Extremadura, a pesar de que se les había notificado del traslado a los usuarios a través de la página web y por vía telefónica cuando iban a solicitar cita previa. «Hemos ido atendiendo conforme han ido llegando, pero con normalidad», subraya.

El OAR de Mérida cuenta con una plantilla de 15 empleados y dispone de un máximo de cuatro mesas de atención al ciudadano, que se habilitan en función de la demanda. En este sentido, Frade sostiene que el ciudadano «nunca» espera más de 48 horas para ser atendido. Sobre el traslado, la jefa de servicio explica que se ha aprovechado prácticamente todo el mobiliario que estaba en la antigua oficina, salvo algunas sillas que se han adquirido nuevas.

Desde que la Policía Nacional se trasladó al Tercer Milenio en 2011, el edificio de la antigua comisaría permaneció cerrado hasta que en marzo de 2018 comenzaron las obras de rehabilitación, con un coste de 750.000 euros sufragado por la diputación pacense. El inmueble cuenta con un nivel subterráneo para salón de actos y exposiciones, así como salas de reuniones. También hay restos arqueológicos del Foro Romano que se han cubierto con un solado transparente y son visibles desde la calle. El nivel 0 se dedica a las oficinas con salas de espera y atención al público, mientras que la primera planta es un lugar de trabajo para los técnicos.