La asociación de payasos que trabaja en el hospital de Mérida, Payachospital, junto a otros responsables del centro explicaron ayer la labor realizada por los payasos en los centros hospitalarios y defendieron que debería ser una profesión institucionalizada. Dicha postura fue mantenida tras explicar la acogida y los buenos resultados que ha tenido esta iniciativa de intervención terapéutica, pionera en la región, que dicho colectivo está llevando a cabo desde marzo.

La idea partió de los voluntarios participantes, en torno a 20, que habían estado formándose con la Asociación Pupa Clown de Murcia, y respaldada por el Servicio de Atención al Paciente del hospital. En principio, los voluntarios, disfrazados de payasos, visitaban a los enfermos, dos tardes por semana, pero, dada la buena acogida, pasaron a colaborar también por la mañana.

Uno de los voluntarios, Javier Esteban, dice que este trabajo requiere formación específica y continua. Por ello reivindica reconocimiento y algún tipo de remuneración por la labor que desempeñan.

TRATO INDIVIDUALIZADO Juan Francisco González se encarga de coordinar la parte artística del proyecto. Tratan a cada paciente de manera individualizada, teniendo en cuenta la edad, el sexo y la enfermedad para ajustarse a sus necesidades. "Los payasos captan todo lo que hay a su alrededor para convertirlo en un juego y así desdramatizar el contexto hospitalario", explicó.

Por su parte, la directora de Enfermería, Carmen Sánchez, dice que esta terapia es muy buena. "Los menores sienten el hospital como algo extraño y ven a los médicos casi como enemigos" que les van a hacer daño.", dijo. "Con esta labor se consigue disminuir la ansiedad y el miedo y transmiten confianza y tranquilidad a los pacientes", añadió.

Este proyecto ha despertado el interés de otros centros de la región. El colectivo ha mantenido conversaciones con algunos responsables del Materno de Badajoz, "un reto", según los voluntarios, aunque no empezarán allí hasta que no dispongan de recursos suficientes para ello.