Han pasado las elecciones. Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha sido investido como nuevo presidente de la Junta de Extremadura, y van media docena de investiduras. Y lo que te rondaré morena. Será presidente hasta que le dé la real gana.

Un cuadernillo, con una foto preciosa de una rosa y con el título Las Penumbras de Ibarra , pone a parir al flamante presidente. Por lo que dice, todo lo que ha hecho es malo. Y le votan. Y más que nunca. Y dos diputados más que los que ha publicado el cuadernillo. Cuadernillo que editó el PP antes de las elecciones autonómicas celebradas el pasado mes de mayo. El efecto está ahí.

Uno de los casos es la televisión regional. Se tuvo que suspender las emisiones y todos en la campaña electoral abogaban por abrirla. Se abrirá, como en otras comunidades autónomas de España y podremos disfrutar de programas de producción propia, conocer mejor nuestra tierra, sus personajes y tener una ventana de información propia. Hasta en pueblos de poco más de 3.000 habitantes hay televisión.

Los medios de comunicación: prensa, radio y televisión, con la ayuda de las agencias, son la mejor forma de llegar al público, pero hay que sopesar los programas que confeccionamos, porque los del corazón, que son los que más se ven, y la telebasura que nos ofrecen en determinadas cadenas, con frases y diálogos de los más obscenos, podemos ser culpables de una deformación cultural que raya en el delito.

A Carlos Floriano lo han nombrado Senador. Y no se iba a ir a Madrid, según sus manifestaciones. Los que se quedan se encargarán de moverle la silla, el sillón y sentarlo con Pocholo Martínez Bordiú.

Y todos esperando el cambio en el gobierno regional. La expectación es total. Se oye. Se especula. Nada. Como siempre. Ibarra y la almohada. Y la almohada no quiere decir quienes conformarán el nuevo consejo de gobierno de la Junta. Y habrá sorpresas. También como siempre.