Los alquileres en Mérida, al igual que en el resto de España, siguen al alza. Según las inmobiliarias consultadas por este diario, los precios en la ciudad han subido más de un 10% con respecto al año pasado y el precio medio de la vivienda oscila entre los 380 y los 450 euros al mes, dependiendo de la zona en la que se encuentre el inmueble y de lo nuevo que sea. El motivo de esta subida es la escasez de oferta de pisos en alquiler en relación a la numerosa demanda que existe respecto a los mismos.

Según Andrés Iglesias, responsable de Exclusivas Juan Antonio, la principal causa de esta carencia de oferta se encuentra en el auge de la vivienda turística, que se nota a nivel nacional pero también local, y más aún en una ciudad tan concurrida como Mérida. José María Albalate es gerente de Mi Casa Inmobiliaria y apunta otras razones de peso como la «dificultad de obtención de precios hipotecarios para la compra y la inseguridad del arrendador en cuanto a un posible desahucio en caso de impago».

El tipo de vivienda más demandada suele ser de tamaño pequeño o mediano, con tres habitaciones como máximo. Además, las casas sin amueblar suelen tardar en alquilarse mucho más que otras completamente equipadas. Eso sí, entre los dos tipos de domicilios hay una diferencia importante. Un apartamento de 68 metros cuadrados en Los Patricios ronda los 525 euros al mes. En cambio, un piso en Los Bodegones de 130 metros cuadrados, casi el doble que el anterior, tan solo suponen 25 euros más, pero se encuentra completamente vacío. Sin embargo, Iglesias señala que hay que tener en cuenta que esta subida de precios lleva aparejado un incremento de la calidad de los servicios ofertados, por lo que en la cantidad final estarían incluidas prestaciones como garaje y trastero, calefacción y aire acondicionado, muebles funcionalmente modernos o incluso piscina. «La gente antes se metía en cualquier sitio, pero ahora ya piden aire acondicionado o medios en condiciones», apunta Andrés.

A pesar de todo, las inmobiliarias aseguran que no existen problemas a la hora de alquilar viviendas por dos motivos muy relacionados entre sí. Por un lado, Iglesias señala una mejora en el nivel de empleo y sueldo en comparación con los años duros de la crisis económica, lo cual provoca que los futuros arrendatarios presenten garantías económicas fiables. Por el otro, Albalate aclara que esta mejora económica no es tan importante como para que los usuarios se decanten por adquirir vivienda, por lo que no les queda otra opción que alquilar.