Indignación y descontento con el transporte urbano de Mérida. La reestructuración del servicio de autobuses que se llevó a cabo el pasado mes de marzo, unida a la eliminación de la línea que cubría el trayecto a Proserpina durante los meses de verano, genera malestar en muchos ciudadanos. Este sentimiento es compartido por el propio equipo de gobierno, que es consciente de que el cumplimiento a rajatabla del contrato con Vectalia, la empresa concesionaria, hace que la pérdida de calidad de este servicio vaya en aumento.

El delegado de Transportes, Marco Antonio Guijarro, sostiene que Vectalia está reduciendo paulatinamente el kilometraje, tal y como se contempla en el contrato que rubricó en el año 2013 el anterior gobierno del PP con un periodo de concesión de 25 años. Este hecho está ocasionando que desde que se acometiera la reestructuración del servicio, que ya de por sí implicó una disminución importante de kilómetros, la empresa esté reduciendo la frecuencia de paso de los autobuses y la franja horaria para no tener que modificar de nuevo las líneas. «Ahora se recogen antes los autobuses y pasan cada más tiempo», asegura el delegado.

El gobierno local es «consciente» de que se está perdiendo aún más la calidad del servicio de transporte urbano. Por ello, está estudiando las alternativas posibles para aportar una «solución definitiva» a esta problemática. Guijarro sostiene que el equipo de gobierno está trabajando sobre este asunto teniendo en cuenta las propuestas de los grupos municipales de IU y Mérida Participa, que se han mostrado en todo momento proclives a buscar soluciones que permitan mejorar la calidad del servicio.

El delegado explica que el contrato con Vectalia contempla una reducción paulatina de kilómetros. «Si no le pagamos la diferencia de kilómetros, la empresa los va reduciendo como pone en el contrato», subraya. Cabe recordar que el Tribunal de Cuentas remitió una resolución advirtiendo al ayuntamiento de la obligación de cumplir el contrato. El edil indica que tras esta advertencia, se inicio un proceso de negociación con Vectalia que no llegó a buen término porque se reclamaba una modificación del contrato que no satisfacía al consistorio.

«Aún modificando el contrato al máximo que nos permite la ley, que sería un 10%, no llegaríamos a lo óptimo de kilometraje para un servicio de calidad que, según los técnicos, está en torno a 550.000 y 600.000 kilómetros al año», matiza Guijarro. «Ahora va por 420.000 kilómetros y va a seguir reduciéndose», lamenta.