Al menos una veintena de videocámaras vigilan los movimientos de los ciudadanos solamente en las calles Santa Eulalia y Félix Valverde Lillo, pero también las hay, en menor número en otras zonas de la ciudad, como en algunos edificios institucionales. La mayoría están ubicadas a la entrada de las sucursales bancarias, sobre todo para vigilar su puerta y también en los cajeros automáticos. En caso de alguna incidencia, la grabación de las imágenes puede ser utilizada para la investigación, según fuentes policiales.

Todas las sucursales bancarias de estas céntricas calles tienen monitores en los que se aprecian los movimientos de los ciudadanos en la calle, a la altura de esos locales. En unos casos esas pantallas están a la vista de los clientes, y en otros solo se aprecia la cámara apuntando al exterior.

El debate sobre la legalidad de la colación de cámaras de vigilancia en las calles ha vuelto a crear polémica después de que los municipios de Llerena y Olivenza solicitaran instalarlas ante el aumento de actos vandálicos, pero la Delegación del Gobierno rechazó esta iniciativa por limitar derechos fundamentales.

En este sentido, el PSOE local se ha mostrado contrario a que se controlen los movimientos de los ciudadanos, pero el PP ha criticado a los socialistas por no oponerse al proyecto de la Junta Extremadura Vista (se grabarán monumentos que salen en directo en internet), cuando sí lo hicieron con las cámaras instaladas en los autobuses urbanos.