La ciudad y el turismo van de la mano. No se puede concebir el día a día de la capital extremeña sin ver a turistas recorriendo sus calles y monumentos, pero el sector turístico está en constante crecimiento y el perfil del turista también ha cambiado. El visitante es cada vez más exigente y demanda una mayor calidad en la oferta cultural que recibe. De ahí que el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida se haya propuesto mejorar todos aquellos aspectos que aporten un valor añadido a las visitas, como es el caso de los servicios guiados del circuito monumental que, por estar vinculados a la entidad tutelar del conjunto, deben caracterizarse por su excelencia.

Con esta finalidad surgió por parte del consorcio la iniciativa de poner en marcha un curso de guías turísticos. La buena acogida que tuvo la primera edición, que se desarrolló en el pasado mes de enero, ha llevado a realizar una segunda entrega de este ciclo formativo que ha tenido lugar durante esta semana. Uno de los incentivos que ha tenido el organismo para volver a llevar a término este curso ha sido la reciente incorporación de una nueva promoción de guías habilitados por la Junta de Extremadura. Al igual que en su primera edición, en torno a una decena de guías han participado en esta programación, que estaba dirigida a las personas con un título de guía oficial habilitado por la Junta o por cualquier otra administración autonómica de España.

«El objetivo general es mejorar la calidad de los discursos que se dan por parte de los guías a la gente que viene a Mérida en cuanto a los contenidos sobre el teatro y el anfiteatro, que son básicamente los temas centrales sobre los que han girado estas dos ediciones», explica el director del consorcio, Javier Jiménez Ávila. El teatro romano está siendo en la actualidad objeto de un proyecto de investigación por parte de investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), por lo que se han trasladado al curso algunas de las conclusiones y novedades que los trabajos están sacando a la luz. «De esta forma, los guías tienen información de primera mano para transmitirle a los grupos de visitantes y a los usuarios», puntualiza Jiménez.

El consorcio nunca ha contado con guías turísticos en su plantilla de personal, salvo una época en la que eran los arqueólogos y museógrafos quienes realizaban las visitas. Esto ha llevado a que el organismo quiera ofrecer ahora sus propios servicios guiados. «Queríamos cambiar esta situación porque nos parecía que no era el personal adecuado para realizar este tipo de trabajos», señala Jiménez, quien informa de que la idea es contratar estos servicios a una empresa, que a su vez será la encargada de la contratación de estos profesionales.

A pesar de que existe un abanico muy amplio de productos turísticos para conocer el conjunto monumental, como audioguías, libros o aplicaciones móviles, el director sostiene que muchas veces los visitantes prefieren que sea una persona la que les explique directamente los monumentos, porque tiene el feedback y siempre da un valor añadido.