El envenenamiento de perro en el barrio moralo de Navarrosa ha dejado a Zara sola en sus paseos. Su habitual compañera, su madre Rula, como les ha ocurrido a al menos otros seis canes en los últimos días, falleció el pasado día 1 tras ser envenenada detrás del colegio Almanzor, su zona de salida diaria. Zara también comió el veneno, metido en un trozo de carne, pero pudo salvarse.

"En la última semana han muerto siete u ocho por la misma causa, un envenenamiento que provoca vómitos y diarreas y que finalmente causa un edema pulmonar", explica un veterinario que ha tratado cuatro de los casos. "Hemos salvado a los que hemos pillado a tiempo", añade.

De la investigación del caso se ha hecho cargo el Seprona, encargado de este tipo de delitos, tras ser denunciados los hechos que ante la Guardia Civil por propietarios de perros envenenados. "No sabemos si conseguiremos algo, pero al menos ha que intentar que no vuelva a suceder", señala la dueña de Zara y Rula, que vigila constantemente que su perra no coma nada del suelo. "Han ido a por ellos porque el veneno estaba en la comida, incluso en huesos de pollo", añade tras recordar que sus dos mascotas tardaron pocos minutos en ponerse enfermas. Zara ya se encuentra totalmente recuperada, pero otros perros del barrio continúan en un estado lamentable. Por teléfono, uno de los dueños afectados confirma que su mascota Kira "está muy mal, no puede ni salir a la calle".

La situación de malestar y enfado es común en Navarrosa, donde ya ha habido anteriormente otros casos de muertes de perros. Según explican personas implicadas en el cuidado de animales en Navalmoral, que tampoco quieren que su nombre se publique, en el área que va desde la carretera de Rosalejo hasta el camino del cementerio han recogido hace unos meses perros dañados con cepos, incluso un mastín con la cabeza abierta. "Es algo dantesco", se lamentan.