WVw íctor Manuel Jiménez, alcalde de la entidad local de Zurbarán, dependiente de Villanueva de la Serena, ha tomado una decisión insólita para los usos actuales de la política y que debería mover a reflexión: Jiménez se ha dado de baja en su partido, el PSOE, en protesta porque la Junta impide que tres estudiantes de su localidad, alumnos de un centro de Don Benito, puedan trasladarse al mismo en el autobús escolar de la Consejería de Educación. Jiménez se había comprometido a solucionar este problema, confiaba en que la solución fuera factible y que el hecho de que el centro de destino no es el que corresponde a los alumnos no sería impedimento para lograr la gratuidad en el transporte, habida cuenta de que el cambio de centro contó con la autorización de la Dirección General de Política Educativa. No ha sido así y ahora Jiménez, en solidaridad con los alumnos, se da de baja en su partido. Al aparato del mismo le habrá sentado mal, pero los ciudadanos seguramente valoran que haya un representante público que antepone los compromisos ante sus electores a su militancia: es la forma correcta de entender que la soberanía reside en los votantes, y no en los partidos. El problema de fondo también podría solucionarse con sentido común: la Junta admitió a esos tres alumnos en un centro de Don Benito. Tal vez no debería haberlo hecho si ello acarreaba que esos tres estudiantes no iban a estar en igualdad de condiciones que el resto de los que se desplazan. Pero una vez tomada la decisión, la Junta no debería permitirse ninguna discriminación. Y no dejar que usen el transporte lo es.