Recuerdo cómo mi bienamado padre comentaba que le parecía atroz que a los becarios, en el colegio barcelonés de posguerra donde estudió, se les hiciera entrar por una puerta asignada a los desfavorecidos que accedían a la enseñanza media gracias al sentido social de Franco . Los de la entrada de los pobres eran bien conocidos, y aunque por la exquisita sensibilidad de los gobernantes, no portaban marca alguna, era impensable que entraran al centro por el acceso privilegiado de aquellos cuyas familias podían pagarles los estudios. No llevaban nada similar a la estrella de David , pero su condición de pobretes era notoria. A mayor gloria del Espíritu Nacional. Desconozco los requisitos de aquellos chicos para las becas. Imagino que calificaciones magníficas. En la España hambrienta y analfabeta solo podían ser vagos los ricachones.

Aquellos años olvidables transcurrieron al fin y llegaron los tecnócratas, la dictablanda, el desarrollismo, la democracia. Y aquí estamos tras unos años de despilfarro, sin un duro para mantener lo que debería ser una prioridad, pero no lo es: la igualdad de oportunidades para acceder a la Educación Superior. Porque las últimas y desafortunadas palabras del ministro sobre que un alumno de escasos recursos, puede que se esfuerce, pero que si no llega al 6,5 no está donde debe estar, delatan un pensamiento profundo que se resume en el impopular "siempre ha habido clases".

Y si nunca he pensado que Wert debía dimitir, ni por lo de españolizar, desde luego, ni siquiera por la reforma, necesaria en tanta cosas, ahora sí lo pienso. Porque su frase, reposada y profesoral, --dense ustedes cuenta de la profundidad de lo que digo-- traiciona un subconsciente protector de los privilegios: "La vida es así", y el pobre que no llegue a 6,5 que se aguante, que al niñato rico que repite ya se lo pagan sus papis. Y usted, querido lector, con sus impuestos. Así que, mientras la prensa pro PP vocifera que se acabó el todo gratis, que se vayan los vagos y que viva la excelencia, ya no sé si tomármelo a risa --Wert para creer -- o echarme a llorar.