CIUDAD ABANDONADA

Bienvenido a impoceres

Ricardo Redondo (Cáceres)

Me dirijo a ustedes invadido por la indignación, el desconcierto y la pena. Este fin de semana, paseando por Cáceres, he puesto nombre a una sensación que me viene abordando desde hace un tiempo: la de vivir en una ciudad abandonada.

Basta dar una vuelta por el Paseo Alto para constatar este sentimiento. Restos de botellón y basura, bancos de piedra rotos desde hace años que no se arreglan, fuentes que no funcionan, zonas secas sin desbrozar que nos harán lamentarnos si llegaran a arder, ramas que caen y que le hacen a uno sentirse afortunado de que no se le haya caído encima. Pero si uno camina por las calles colindantes constata esta misma sensación: hojas añejas que día tras día ocupan las aceras, señales que se cayeron y nunca más se volvieron a poner, acerado roto o muy roto e, incluso, un olor insoportable del crematorio que refuerzan en uno la sensación de estar paseando por una ciudad muerta.

Hoy es 2 de junio, me dispongo a salir a dar un paseo con mi hijo pero hay corrida de toros. No pretendo entrar en una polémica tarunia, simplemente constatar que resulta imposible caminar por una acera infestada de coches que, por supuesto y con el calor que hace, han apacardo en ella buscando la sombra, imposibilitando que los peatones podamos caminar. Y, como cada vez que pasa, llamo a la Policía Local con la esperanza de que puedan hacer algo que no nos obligue a permanecer en nuestras casas sin poder salir.

Esta vez ha sido diferente, desconozco si pasará como años anteriores, es decir, nada; pero el funcionario ha dedicado tiempo a atenderme, al ser una tarde relativamente tranquila. Así pues, me ha comunicado que posiblemente no iba a haber, pese a ser una tarde traquila, una patrulla que pudiera venir.

Me temo que otro año más me acostaré con la indignación de esa parte de la ciudadanía que cree que las autoridades están para que no impere la ley del más fuerte.

Recientemente hemos tenido elecciones. Desconozco si la filosofía del equipo de gobierno anterior se ajusta a «para el tiempo que me queda en convento...». Espero y deseo que el nuevo equipo de gobierno, sea el que sea, responda a toda la ciudadanía, no solo a aquella que cuenta con privilegios o que sabe tomarse la ley por su mano imponiéndose sobre el resto.

CONSULTAS

Nuevo hospital

Cándido Fatela (Cáceres)

Esperando en consulta de trauma, con un retraso de más de una hora, en una sala de espera como sardinas en lata, donde no caben las sillas de ruedas. La única información del turno es una pequeña pantalla en el interior de la sala, mucha gente en el pasillo sin posibilidad de ver porque turno va...¡un desastre! Muchos espacios vacíos sin utilidad en este hospital y la consulta de trauma ¡una vergüenza!

¿Hay alguien que piense en los enfermos? ¡Solución ya!